OJITOS MIEL

NUEVOS AMIGOS

Cuando Jorge el curioso estaba en la tele y los ositos pachoncitos a su alrededor, Minnie se debatía en que enfocarse, así que, como el buen bebé del abogado Yoongi, hacía diligencias de tiempo. Se turnaba unos minutos para jugar con los osos y luego otros minutos en ver la televisión desde el corral.

Así pasó parte de la tarde al cuidado de Yeyé, despues de que Hoseok tuviera que irse.

Pero para sorpresa y gusto de Minnie, su Namu llegaría a casa antes de lo pensado. Fue muy divertido para Namjoon, ser espectador de esa emocionante bienvenida. Nada más verlo, Jiminnie dejó a Jorge y a los peluches de lado, gateó hasta la orilla del corral y ya frente a Nam, se puso de pie estirando lo mejor posible sus brazos.

-¡Appi! Appi.

No dejaba de repetir desde su llegada, además de gritos felices. Es que, no lo había visto desde años, bueno, unas horas pero básicamente era lo mismo.

Namjoon lo tomó por debajo de las axilas y lo levantó hasta sacarlo. El dorso de su brazo pasaba por debajo de ese pañal ruidoso y esponjoso. Solo allí le marcó las mejillas de besos y con la mano tomaba su rostro para que no pudiera huir de él.

-¿Me extrañaste lindo?- preguntó-. Yo si, mucho.

-¡Tee!- sacudió las manos. Su sonrisa irradiaba alegría.

-Adivina, me quedaré contigo el resto del día. La pasaremos bien y tomaremos un baño juntos, ¿quieres bañarte con papá?. Nunca lo hemos hecho, no sé si quieres. De casualidad, ¿el Jimin grande está allí para decirme si estás dispuesto o no?

Su plática se llevaba a cabo mientras caminaban escaleras arriba, rumbo a la habitación de Jiminnie.

Si bien Minnie era quien gobernaba ahora su headspace, Jimin estaba allí dentro, siempre lo estaba, como le había dicho aquel día a Hoseok, podía de una manera inconsciente saber lo que pasaba a su alrededor.

Los ojos miel parpadearon prolongadamente, una humectación vidriosa los hacían más brillantes y en un último aleteo, aquel brillo cambió a penas.

-Si.

-¿Eres tú Jiminnie?- Namjoon trató de sonar lo más natural y casual para no incomodar.

-Mjn- tímidamente asintió.

-¿Cómo estás amigo?

-Bi-bien.

Namjoon mostró una sonrisa de oyuelos impresionante.

-Entonces...

-Quiero, bañarme contigo.

-¡Genial! Verás que la pasaremos bien. Puedes volver a ser pequeño si gustas, o quedarte por un momento más así, lo que más te acomode y te haga sentir bien, tampoco deseo que te esfuerces de más.

-Ok.

Con esa actitud tímida y más sumisa, Jimin se dejó caer en el hombro de Namjoon, retrancó su mejilla allí y posó la vista en la pared del pasillo, sus brazos caían apenas en un abrazo laso. Nam no dijo otra cosa, lo dejo ser sin preguntar quien era pues sería estúpido, grande o pequeño, Jimin siempre es Jimin, incluso si el nombre cambiaba, su persona y el alma no.

-Te dejaré un momento en la cama, en lo que voy a preparar el baño, no te muevas.

Cómo avisó, lo dejó en la cama matrimonial, pues sabía que seguía siendo Big, uno melosito por recién salir de su little space, no es como que caías o salias como si nada, sin rastros de actitudes, llevaba un rato para que desaparecieran esos vestigios. Cómo la cometa atorada en la punta del árbol y que cuando menos te das cuenta, ya no está.