NOCHES DE CUNA

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Los postres eran deliciosos, de chocolate, con fresas, de vainilla, mermelada, chabacanos, envinados que Jimin probó de casualidad en uno de su viajes de envío a la gran ciudad.
Pero el helado de vainilla y los Mochis de vainilla con fresas y chispas de yogurt. Si, Yeyé cumplió su palabra y le hizo unos muy especiales Mochis que gritaran en todo su esplendor. ¡Esto de aquí es Jiminnie!

Ahora Jimin estaba disfrutando de un programa televisivo bastante dulce.

Pasteles.

Muchas personas hacían y venían con ingredientes y hasta taladros para hacer pasteles con formas inimaginable, mágicas. ¿Cómo podía existir un pastel idéntico a uno de esos Transformers? Incluso hasta se movía su mano y hablaba.

Estaba tan atento a la televisión y eso para Jimin era un tanto difícil, comúnmente solía distraerse con la primera hoja que pasara flotando enfrente de él. Pero si algo le gustaba, que de verdad le atrajera interés, entonces nada podría quitarlo de allí.

Hace unas horas que había salido de su espacio, casi después de despertar. Fue cuestión de que le cambiarán el pañal, la pijama y ser atendido en el desayuno para que una brecha -pequeña, muy pequeña- sin embargo suficiente para captar el estrés que se manejan sus adultos.

Con mucha fuerza y extrema voluntad, Jimin grande se dió paso en ese pequeño pasillito de sus headspace's. Resurgió tras una siesta efímera, casi ridícula de unos cinco minutos. Con sinceridad se sintió algo extraño, la última vez que estuvo en su Big Space fue algo complicada, además había despertado sobre un pañal completamente sucio que lo hizo avergonzarse. Con pena se fue al baño para limpiarse en una ducha rápido. Hasta caminar con eso entre las piernas era incómodo. ¿Cómo Minnie lo disfrutaba? Por qué Jimin sabía bien que su pequeño yo amaba esas cosas. Él también las amaría sino fuese que sentía su trasero picar al poco pero en sí, la textura de los pañales acolchados, era grato y reconfortante.

Hoseok fue el único en percatarse de su salida, básicamente así fue porque era quien estaba en casa. Namjoon, Jin y Yoongi estaban en el trabajo desde hace mucho. Hoseok se encontraba encerrado en su nidito atiborrandose de trabajo en cuanto Jimin se encargó de convenserle que estaría bien, ya no era un bebé así que podría cuidarse.

Casi seis horas después de eso, Hoseok salió de su estudio con el cansancio marcando sus ojos. Llegó a la sala notando que su lindo nene estaba aún sentado en el sillón con fruta a su alrededor y una única bolsa de papas.

-¿Sigues con el maratón?

-¿Ah?- se sorprendió por su llegada, lucía cansado. Asintió-. Si, creo que voy en la segunda temporada... O la tercera.

-¿Tercera?- estaba sorprendido-. ¿Pues cuánto he estado encerrado en mi cueva?

-No lo sé, pero ya va a ser noche.

-Maldición-, exclamó pero rápido se llevó las manos a la boca-. Lo siento.

Jimin sonrió.

Con pesar, Hoseok se dejó caer en el sillón, a lado de Jimin y se sumió en los cojines y suspiros largos. Su pequeño se dió cuenta de eso, por tal dejó de mirar el programa.

-¿Estás cansado?

-Mucho, parece que jamás voy a terminar.

-¿Por qué? ¿Qué haces? Solo sé que siempre estás cribiendo, todos andan muy atareados.

-Es que tenemos mucho trabajo, yo ando con el guión para una película que está en camino.

-¿Saldrás en una película?- sus ojos se emocionaron, grandes y alusivos.-Yo quiero verte.

OJITOS MIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora