2008
Celeste intentó por todos los medios quedarse en su casa, pero sus primos insistieron tanto que allí estaba, con una falda demasiado corta y unos zapatos demasiado altos en el asiento trasero del auto de sus primos, al lado de Nacho.
-Cambiá esa cara, Cele. ¡Te vas a divertir!- le dijo su mejor amigo colocando su mano sobre su pierna.
-Estás realmente hermosa, a lo mejor es momento de mirar para otro lado.- agregó mirándola con ternura.
Ella sabía muy bien a lo que se refería, llevaba meses intentando vencer la muralla que rodeaba a Juan y estaba comenzando a sentir que todo era en vano.
-Estoy bien, pero me imagino que vos estas mejor. Ya me enteré quién va a estar en la fiesta.- le dijo con suspicacia ella. A lo que Nacho respondió con un ligero rubor en sus mejillas.
Llegaron al lugar elegido, era una zona poco poblada de la costa, había algunas luces improvisadas y varios grupos de personas con su propia música y heladeras de camping repletas de cerveza, recorrió unos metros con sus primos hasta que estos vieron a sus amigos. Se sentaron junto a ellos y comenzaron a charlar animadamente.
Celeste habló con la novia de su primo un largo rato hasta que ella fue reclamada por su pareja y se alejó un poco para bailar. La mayoría de los chicos se habían trasladado hacia la orilla del río y Nacho había desaparecido de su vista. Feliz por su amigo abrió una lata de gaseosa y se dispuso a disfrutarla cuando un chico al que no conocía se acercó para preguntarle algo.
Era un joven delgado de pelo rapado y ojos verdes que le hizo algunos comentarios graciosos. Recordando las palabras de Nacho, decidió que no tenía nada de malo conocer gente nueva y le siguió la charla, animándolo a tomar asiento a su lado.
Al cabo de media hora de conversación para nada profunda, él le propuso dar un paseo por la vera del río y ella accedió. Recorrieron varios metros y cuando Celeste vio que la fiesta estaba demasiado lejos, le sugirió que regresaran.
-Acá estamos mejor ¿No te parece? Me gustas mucho y me muero de ganas de darte un beso.- le dijo el joven que resultó llamarse Sergio.
Celeste se puso colorada, nadie le había pedido tan abiertamente un beso y se sintió halagada, pero cuando lo vio acercarse, se corrió sin darle la oportunidad alcanzar sus labios.
-Dale, no me dejes así.- insistió el joven. Pero Celeste comenzaba a sentirse incómoda.
-Mejor volvamos, mis primos me deben estar buscando.- le dijo ella dándose vuelta.
Pero Sergio la tomó del brazo y la dio vuelta dejando sus labios a escasos centímetros de distancia. Celeste pudo sentir su aliento a alcohol y sintió una fuerte aversión. Intentó soltarse pero él la sujetó con más fuerza. Pasó su mano libre por su cola con posesión y luego se mojó los labios.
-Qué bomboncito me voy a comer. - le dijo en un nuevo intento por besarla.
Cuando sus labios rozaron los de ella, por fin reaccionó y lo empujó con todas sus fuerzas, al verlo caer sobre la arena, corrió hacia la zona de la fiesta lo más rápido que pudo y comenzó a buscar desesperada algún rostro familiar.
No lo consiguió.
Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, buscó entre los bolsos del lugar que habían ocupado y encontró el celular de Nacho. Maldijo en voz baja e intentó pensar. Buscó en la lista de contactos y luego de marcar el número de sus primos y no conseguir respuesta, comenzó a perder las esperanzas. En ese momento pensó en Juan. Se alejó un poco de la música y lo llamó.
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Otra tonta canción de amor
Любовные романыBecky es una estrella de la música pop, disfruta de cantar y del cariño de sus fans. Pero cuando por fin cree encontrarse en el lugar que siempre soñó, alguien del pasado llega para recordarle quien es relamente. Juan solía amar la música, era un g...