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Te extrañé - la escuché decir.

- Yo también mi amor.  - respondió Poncho.  "Me voy a cambiar y vamos ok?"  Ella asintió y él se fue.  Ella me sonrió y me acerqué para presentarme.

- Hola, soy Anahí.  Es un placer conocerte por fin.  – dije, extendiendo mi mano.

- Mi nombre es Perla.  Es un gran honor conocerte, Poncho me ha hablado mucho de ti.  - Dijo ella, sonriendo.

Tuvimos un intercambio rápido sobre su profesión y luego llegó Poncho.  Se despidió de todos y me dio un beso en la mejilla.

- Hasta luego, Any.

"Adiós", les dije a los dos.

Me senté en el sillón tapizado y jugueteé con los rizos de mi cabello, esperando a que Dul y Mai terminaran de cambiarse.  Pronto llegaron y fuimos a Mai's a cenar y tener una noche de chicas.  No hemos hecho eso en mucho tiempo.

- Cualquiera, hoy estás un poco callado – observó Mai.

- ¿Que paso amigo?  -Dul quería saber.

- ¿Hay?  Me miraron como si ya supieran lo que tenía.  – Ya sabes, maldita sea.  No me tortures.

- Ah Any – dijeron y se acercaron a abrazarme entre risas.

- ¿Qué te pareció Perla?  - preguntó Dulce.

- Oh, parece una buena chica.  Él es feliz con ella.  - Me encogí de hombros.  – Dulce y Maite se miraron poniendo los ojos en blanco.  - No son celos, no sé... Es que no esperaba encontrarme con ella hoy.  No quiero estropear nuestra velada hablando de Perla o Poncho o cualquier cosa.  Quiero estar con mis amigos como antes.  – Los abracé felizmente.  Dejé el problemita del Perloncho para más adelante.  Más tarde lo pensaría.

Eran pasadas las tres de la mañana cuando nos fuimos a dormir, entré a la habitación de invitados que Mai me había prestado, y después de ducharme y ponerme la pijama, me metí en la cama.  Decidí levantar el teléfono para revisar los mensajes, y después de responder algunos de mi madre y mi hermana, me preparé para ir a la cama.  Tan pronto como cerré los ojos, mi teléfono vibró y mostró un ícono de mensaje en la pantalla.  Lo abrí y me congelé: era Poncho.

Te extrañé, Any.

Escribí y envié una respuesta rápidamente.  Cerré los ojos y vencida por el cansancio me dormí sin pensar en nada más.

Punto de vista especial: Poncho.

Estaba dando vueltas en la cama, incapaz de dormir a pesar de estar cansada por el viaje.  Perla dormía a mi lado tranquilamente, pero mi mente no estaba allí.  No podía dejar de pensar en ella.  Anahí.  Eu havia me despedido dela há menos de 4 horas, e não conseguia parar de pensar no som sua voz, do seu riso... No momento em que passei meus braços ao redor dela para aquela maldita foto, eu senti que alguma coisa tinha acordado  en mi.  Tuve que hacer acopio de todas mis fuerzas para no besarla, más aún sentir tan cerca su perfume, que por cierto se impregnaba en mi ropa.  Me levanté y fui a la cocina a buscar un vaso de agua, y antes de que me diera cuenta de lo que estaba haciendo, me encontré tomando la camisa que tenía su olor del cesto.  La acerqué a mi cara y volví a oler ese olor, una mezcla de su perfume y el olor de su piel, que tan bien había memorizado.  No sé qué me pasó, nunca pensé que volvería a sentir eso.  Durante todos esos años pensé que había superado lo que sentía por ella... Pero no.  Entonces, allí estaba yo: de pie al amanecer olfateando una camisa solo porque tenía tu perfume.  Finalmente, vencido por el deseo de volver a hablar con ella, le envié un mensaje a su celular.  Menos de 2 minutos, ella respondió:

Yo también.  Me alegro de que estemos todos juntos de nuevo.  Buenas noches.

Ella no entendió lo que quise decir, pero decidí dejarlo pasar.  Miré el reloj que marcaba las 04:30.  Faltaba un mes para que comenzara la gira y no veía la hora de volver a estar con ella.  Reacio a lo que estaba empezando a sentir, me acosté en el sofá y me quedé dormido allí mismo.

El tiempo pasaba lento, y cada día pensaba más y más en Anahí.  No hablé con ella, luché contra el impulso de llamarla e invitarla a salir y decirle cómo me sentía, o lo que pensaba que sentía.  Era el día 12, y Perla y yo cumplíamos 3 años de noviazgo.  Pensé en salir con ella, pero ella prefirió quedarse en casa y ver una película.  Después de la cena, estaba viendo la televisión cambiando de canal mientras esperaba que Perla saliera de la ducha.  Me quedé helada.  Suena el videoclip de Mi Delirio, de Anahí.  Cuando volvió Perla, estaba tratando de olvidar esas escenas, pero maldita sea, ¿cómo podría?  Es obvio que después de ver a Any bailando así no pude concentrarme en nada más.  Verla bailar siempre me volvía loco.  Nos acostamos, y traté de olvidar lo que sentía mientras intentaba prestar atención a las caricias de mi novia, pero me sentía sofocado por lo que sentía, y perdido en mis fantasías internas, sin siquiera pensar en el momento en que llegué a la cima. de placer, llamé a Anahí.  Perla se levantó hirviendo de rabia y sin decir palabra se vistió y se fue.  No moví un dedo para detenerla.

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