Seungmin
Salí de aquel pasillo completamente aturdido. No sabía qué pensar después de escuchar aquella conversación. Conocía a mi madre, sabía cómo era. Kim Youna, la esposa del famoso juez Kim. La mujer fría, despiadada e insensible que no asistió al funeral de su padre porque no pudo ponerse sus zapatos de Versace negros.
Sentí unas ganas arrebatadoras de llorar, me faltaba la respiración, tenía que salir de allí.
Minho
Lo seguí sabiendo que el no era consciente de mi presencia. Caminaba entre la gente intentando ocultar su rostro.
¿Acaso estaba llorando? No lo sabía, pero estaba dispuesto a averiguarlo.
Subió un pequeño escalón y entró en un cenador rodeado de forja y exóticas plantas trepadoras. Algunas gotas de agua se colaban por el tejado de parras y madera, aumentando la belleza de aquel rincón. El viento agitó su cabello dejándome ver la curva de su espalda; se perfilaba perfecta sobre unas caderas insinuantes. De repente, inclinó la cabeza hacia atrás y soltó un suspiro ahogado. Algunas gotas cayeron sobre su pálido rostro y se deslizaron por su esbelto cuello. La imagen estaba tan cargada de poesía que deseé abrazarlo y aliviar la sensación de angustia que expresaban sus ojos. Cierto, estaba llorando.
Humedecí mis labios tras retener mis pensamientos delirantes y entré en el cenador sintiendo cómo el viento también me envolvía.
—¿Estás bien? —pregunté. Era la primera vez que me preocupaba por alguien que no fuera de mi familia o de mi entorno más inmediato.
Se sobresaltó al escucharme y enseguida eliminó las lágrimas de su rostro.
—Como si a ti te importara —susurró.
—Vaya, para una vez que intento ser amable… —Me acerqué hasta el.
—Lo siento, es que no tengo un buen día —dijo cabizbaja.
—Ayer tampoco lo tuviste, ¿no? —Sonreí recordando cómo se había cargado el faro de mi Bugatti.
Me miró entre enfadado y desilusionado.
—¿Esa es tu forma de ser amable? —Respiró profundamente y se colocó frente a mí—. Basta, Minho. Déjame tranquilo de una vez. Ya me he cansado de este juego inútil y sin fundamento. Y sé que a ti también te aburre. Así que terminemos con esto de una vez. Evitemos hablarnos —remató con un tono seco y bajo, pero cargado de decisión.
Seungmin había zanjado lo que yo había intentado cerrar desde que lo vi por primera vez. Sin embargo, no me gustó que aquella charla tuviera ese aroma a final.
Seungmin
No sentía lo que acaba de decirle; había hablado mi frustración. Pero había dos razones por las que me había comportado de aquel modo. La primera era que estaba harto de estar allí; y la segunda, no tenía fuerzas para pelear con él después de lo que acababa de escuchar.
Me dispuse a salir de allí reteniendo las ganas de girarme e ir en su busca. Necesitaba que me abrazara. Lo vi desde el cristal; cabizbajo y pensativo. Por un instante, no parecía el Minho chulo y engreído. Más bien se veía perdido y afligido.
De repente, un sonido seco y atronador llegó desde la sala principal. Me quedé paralizado mientras al primer silencio le seguían algunos gritos.
Parecía un disparo.
Minho
Me abalancé a por Seungmin, lo tomé del brazo y lo coloqué detrás de mí. El temblor de su cuerpo me hizo ver lo asustado que estaba. En ese instante, nos llegó una voz desgarradora. Un hombre gritaba el nombre de mi padre y el de el señor Kim. Se encontraba en el centro del salón apuntando con una pistola. Por su forma de hablar, parecía borracho. No alcancé a verle porque los invitados tapaban su imagen, pero sí pude apreciar cómo los guardias se preparaban para capturarle.
Volvió a disparar cerca de mi padre. Apreté la mandíbula y me adelanté echando mano a mi espalda. Sujeté el mango de mi pistola con fuerza. Me daba igual lo lejos que pudiera estar de aquel hombre, mi puntería era perfecta. No vacilaría. Pero en ese instante, Seungmin entrelazó sus dedos con los míos mientras se apretaba contra mi hombro. Percibí su respiración agitada. No le iba a ocurrir nada si estaba conmigo.
Acerqué mis labios a su oído.
—Estoy aquí —le susurré.
Cerró los ojos al sentir mi voz cerca de su cuello. No sé qué hubiese ocurrido en otras circunstancias. Casi con toda probabilidad lo habría besado aprovechando que mi ego me había abandonado unos segundos.
Los guardias capturaron al hombre y se lo llevaron. Tras ellos fueron mi padre, mis tío Seo y su secretario, Felix y Hyunjin. Di un paso al frente. Tenía que irme y no podía decirle adónde.
Su mano se resistió, pero terminó por liberarme. Lo miré una última vez antes de mezclarme con la gente que cuchicheaba asustada y desconcertada.
—Vaya, Minho, creía que me habías abandonado —dijo con ironía mientras se encendía uno de sus cigarros. Allí no había nadie a quien le molestara.
—Sabes que eso no ocurrirá, papá —le dije mientras observaba cómo ataban al hombre a una silla.
Felix se colocó frente al hombre y, sin dudar, disparó. Hyunjin marcó un número en su móvil y avisó a sus guardias para que vinieran. Mi padre me echó la mano por los hombros antes de que yo abriera la puerta para salir.
De repente, Hyunjin me empujó haciendo que topara con la barandilla de las escaleras. Monté en cólera en cuanto vi su sonrisa.
—No deberías haber venido. No has hecho nada ahí dentro —dijo, despectivo.
Sin dudarlo, me lancé por él, lo cogí del cuello y lo estampé contra la pared mientras echaba mano a mi pistola. Coloqué el cañón contra su cabeza.
—No lo harás —sonrió, mientras los demás intentaban separarnos—, ni siquiera está cargada.
Hice retroceder el martillo del arma presionando con fuerza sobre su cabeza. No dejó de sonreír.
—Ahora, sí.
—¡Basta chicos! —clamó mi tío Seo, terminando de separarnos.
Hyunjin continuó observándome mientras se alejaba. Algún día acabaría con él.
Felix me cogió del brazo y me retuvo hasta que los demás se alejaron por el pasillo.
—Quiero verte en mi despacho esta madrugada. Tenemos que hablar de algo que te interesa. —Se marchó con paso ligero.
Su voz sonó extrañamente pícara y no pude evitar sonreír. Si mi tío Seo quería hablar conmigo, seguro que merecía la pena.

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Mírame
FanfictionKim seungmin, un joven adolescente de la alta aristocracia coreana, regresa a Corea tras muchos años de internado sin entender muy bien por qué su familia lo quiere de vuelta. Allí se reencuentra con Lee Min-ho, un conocido de la familia con quien n...