Minho
Caminé por el porche hasta que pude ver el mar. Estaba agitado, aunque solo podía ver la orilla. No había demasiada luz para alcanzar a ver el horizonte.
De repente, el sonido de unos pasos resonó a mi derecha. Desvié la mirada lentamente y allí volvía a estar el, pero no me miró. Miré a su acompañante e instintivamente cerré los puños, enfurecido. Era ha-ri y estaba aferrada a la mano de seungmin. Enseguida lo soltó, pero solo se lanzo encima para abrazarlo de una forma brusca. El frunció el ceño, parecía cansado de tenerla cerca. Me froté la mandíbula para controlar las ganas que tenía de pegarle.
Seungmin
Volví a mirar hacia el porche por encima del hombro de ha-ri. Allí estaba, conversando con jungkook y chan mientras escuchaban a Changbin, que hablaba en ese momento. Ni rastro de jeongin; llevaba esquivándome toda la noche.
Ha-ri metió sus manos bajo mi ropa y acarició mi abdomen. Mi piel estaba erizada, hacía mucho frío, pero había olvidado tomar la chaqueta. En realidad, ni siquiera me había dado cuenta de cómo había llegado hasta el punto más alto de la casa.
La brisa agitó mi cabello y me estremecí al sentirla en mis hombros.
-¿Tienes frío? -susurró ha-ri, dejando que sus labios rozaran los míos.
Me aparté enseguida.
-No te preocupes. Estoy bien.
Hacía mucho más frío en aquel lugar, pero no quería que se me acercara. Pasó sus manos por mi cintura y me envolvió con aquel aroma a alcohol que tanto odiaba.
-Estás espectacular esta noche. No sabes la cantidad de cosas que te haría. -Volvió a susurrar mientras sus manos se deslizaban bajo mi ropa.
Las retiré con fuerza.
-Ha-ri, no estoy aquí porque me gustes, sino porque quiero que te largues cuanto antes. Así que acabemos con esto, ¿quieres?
Derramó su bebida sobre la roca dejando que nos salpicara los pies, y volvió a mirarme. Después, tiró la copa. El cristal se hizo añicos y no pude evitar sentir un escalofrío. Dio un paso más hacia mí. Volví a alejarme. Pronto me quedaría sin terreno. Estaba demasiado cerca del borde del acantilado.
-¿Quieres que terminemos con esto? -preguntó, pasándose la lengua por los labios.
-Eso es lo que he dicho. -Le reté.
-Bien, pues empecemos cuanto antes, seungmin.
De repente, un impulso me llevó a mirar a Minho. No estaba demasiado lejos, pero tardaría un poco en llegar hasta mí. Estaba dispuesto a gritar para advertirle.
-¿Sabes una cosa? -dijo terminando de acortar nuestra distancia. Ya no podía retroceder. Caería al vacío si daba un paso más hacia atrás-. Comienza a molestarme esa camiseta. -Acarició la curva de mis labios. Miré hacia atrás intentando descubrir cómo escapar-. También me molesta este pantalón. - puso un pedazo de vidrio en mi cuello y me besó.
Intenté alejarme, pero ella empleó mas fuerza en mi cuello. Retiré mis labios, pero su lengua continuó vagando por mi cuello. volvió a besarme. Me concentré en esquivarla. Era imposible gritar.
Le mordí el labio y unas gotas de sangre se mezclaron con nuestras bocas, en medio de un beso. Creí que en cuanto sintiera el dolor se apartaría, pero no lo hizo. Sonrió mientras me besaba.
Tragué saliva, me impulsé hacia delante para salir de allí corriendo, pero me tomo de la muñeca y me empujó dejándome al filo del balcón.
-¡Maldito imbécil! -exclamó antes de darme un empujón.

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Mírame
Hayran KurguKim seungmin, un joven adolescente de la alta aristocracia coreana, regresa a Corea tras muchos años de internado sin entender muy bien por qué su familia lo quiere de vuelta. Allí se reencuentra con Lee Min-ho, un conocido de la familia con quien n...