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Minho

El nombre de mi tío me palpitaba en el pecho. Lo había perdido, había perdido a mi tío.¡Dios!, estaba tan colapsado que hasta me costaba respirar. Ya no escucharía su risa. Se había ido.

Las ansias de venganza me corroían, me ardían en la piel. Los mataría a todos, de eso no cabía ninguna duda. Los mataría lenta y agónicamente.

Me incorporé, reteniendo las ansias de llorar (no quería que Seungmin me viera) y miré hacia el baño. Pude ver la silueta de su cuerpo desnudo dentro de mi ducha. El cristal difuminaba la imagen, pero no me hacía falta ver más para saber lo perfectas que eran sus curvas. Era la primera vez que un chico entraba en mi habitación.

Salió de la ducha y comenzó a vestirse con la ropa que le había prestado. Continuaba cabizbaja, triste y adolorido por lo que había vivido. Sabía, tan bien como yo, que todo había cambiado. Que lo que tenía que ser el bonito inicio de una etapa se había convertido en un final abrumadoramente rápido. Debíamos estar preparados.

Se contempló en el espejo con pesadumbre mientras ocultaba algo entre sus manos.

Seungmin me miró y caminó hacia mí lentamente. Ahora venía la peor parte. Debía explicarle por qué llevaba pistola, por qué sabía disparar... Todo.

Cerró los ojos y suspiró. Si decidía odiarme, estaba en todo su derecho. Le había mentido y no era una mentira pequeña. Matábamos a gente, extorsionábamos, traficábamos, hacíamos todo lo que pudiera imaginar al margen de la ley. Incluso tentar con la vida de todos los habitantes de un país, incluso de un continente. Éramos los dueños de Corea y los más ricos, pero no por nuestros negocios oficiales. Y sí, su familia se había enriquecido gracias a eso, gracias a nosotros.

Lo dejaría ir si me lo pedía, pero, si lo hacía, se llevaría mi corazón para siempre. Ya no habría vida después de Seungmin.

-Soy un negocio, por eso mi padre quiere que me case con Lily. Por eso mi madre discutía con mi abuela. Solo son negocios y tú estás en medio. -Ocultó su rostro.

No pude mirarlo, no podía enfrentarme a la mirada fría de sus ojos.

-Seungmin ... -Intenté acercarme a el, pero negó alzando una mano.

-Ahora no, Lee know. Deberías haber hablado antes.

Cerré los ojos ante su rechazo. Miró a su alrededor y se dirigió a la puerta.

-¿Te vas? -pregunté con un hilo de voz.

Seungmin no respondió, solo asintió y salió por la puerta arrastrando sus pies.

No me lo había dicho con palabras, pero se había acabado.

Seungmin

Me metí en el ascensor mientras Felix me observaba expectante. En cambio, mi corazón palpitaba con fuerza y me gritaba que regresara con Minho.

Las puertas del ascensor se cerraron. Apreté los dientes y suspiré profundamente mirando el suelo.

-Todos están en esto, ¿verdad? -mascullé.

-Todos... y todos lo saben... excepto tú, hasta ahora -dijo, tímido. Él sabía que en ese momento lo odiaba tanto como a Minho.

-¿Por qué no me lo dijiste, Felix? -pregunté con una mirada acusadora.

-Porque esto no se puede contar... uno lo descubre con el tiempo. Pero tú no has estado aquí para saberlo antes.

-Entonces, ¿todo es cierto? -Por mi cabeza pasaban asesinatos, tráfico de drogas, de armas... ¿Qué había peor que eso?

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