Minho
Me dirigí hacia la salida conteniéndome para no destruir cualquier cosa que encontrara en mi camino. Sentía una presión tan fuerte en el pecho que pensé que no iba a soportarlo. Quería gritar que lo odiaba, que no soportaba tenerlo cerca, que el mayor error de mi vida había sido cruzarme en su camino. Pero no podía.
«Maldita la hora en la que me enamoré de ti, Kim seungmin. Ojalá pudiera odiarte.»
Se alejaba de mí y no podía hacer nada para impedirlo.
Alguien tiró de mi brazo y me estampó contra la pared antes de que pudiera salir. Era Felix. Intenté esquivarlo lleno de ira, pero volvió a arrastrarme hacia un pasillo para que no nos viera nadie. Noté que lo sabía, pero Felix solo estaba sorprendido, mientras que yo estaba destrozado. Seungmin estaba comprometido.
-¡Estate quieto y escúchame! -ordenó, empujándome.
Me encaré con él.
-¡Lo sabías! -le recriminé con una rabia desaforada. Felix cerró los ojos unos segundos y bufó negando con la cabeza-. ¡Lo sabías todo y no me dijiste nada! ¡Dejaste que me enamorara de el! -grité.
-Lo he sabido solo unos minutos antes que tú. No he tenido tiempo de advertirte, minho. -Su tono de voz se calmó, me soltó y me dio unos golpecitos en los hombros mientras observaba cómo me venía abajo por primera vez en la vida.
Compartió conmigo cada partícula de dolor. Me apoyé en su hombro antes de que me abrazara.
-Si hubiese sabido que dolía tanto...
-Lo habrías amado igual -me interrumpió mientras apoyaba su barbilla en mi cabeza.
-Se casa, Felix. -Mi voz sonó débil, estaba a punto de llorar-. Se casa con ella y nadie piensa remediarlo. -Me alejé de él-. Por eso lo trajeron de vuelta de Viena -terminé susurrando.
-Sabes a qué mundo pertenecemos. Estaba claro que si seungmin volvía era porque había algo más detrás de esa decisión. No deberías sorprenderte. -Intentó explicarlo con tranquilidad, pero él también parecía cabreado.
-El no forma parte de esto -me quejé.
-¡Es el hijo de nam-joon, sí forma parte de esto! Son negocios, minho. Como todo en nuestras familias.
-¡ Seungmin no es un negocio! Solo tiene diecisiete años, ¡joder! -Quise salir de allí, pero Felix volvió a evitarlo.
-¿Crees que a mí no me importa? -preguntó, frunciendo el ceño-. Lo quiero como si fuera mi hermano pequeño. ¿Crees que no me duele que se case con ella? Por favor, minho. Ni siquiera tu amor evitará esa boda.
Le miré apretando la mandíbula y sintiendo cómo mi espalda se balanceaba débilmente intentando controlar mi cuerpo.
«Si la mato, no tendrá que casarse», fue lo primero que me vino a la mente.
-¿Cuándo? -pregunté, temiendo la respuesta.
-En cuanto cumpla los dieciocho -repuso cabizbajo.
-No. No lo permitiré. Me lo llevaré de aquí antes de que llegue ese día, Felix.
- Seungmin no te pertenece, minho. No puedes hacer nada y lo sabes.
Negué con la cabeza mientras me apartaba un poco para buscarlo entre la gente. No lo encontré.
¿Qué pensaría el de todo aquello? ¿Me necesitaría?
-No permitiré que se case. El no, Felix.
-No puedes evitarlo.Ya hay un negocio cerrado entre nam y el señor park. No sé de qué se trata, pero te prometo que lo averiguaré. De verdad.

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Mírame
FanfictionKim seungmin, un joven adolescente de la alta aristocracia coreana, regresa a Corea tras muchos años de internado sin entender muy bien por qué su familia lo quiere de vuelta. Allí se reencuentra con Lee Min-ho, un conocido de la familia con quien n...