Capítulo 30 - Ciclos

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Manuela se queda asombrada con lo que le dice Julia. Sus ojos derraman lágrimas sin control y se nota su dificultad en respirar y su expresión de incredulidad y dolor.

- ¡TODO ESTO ES TU CULPA! - Manuela se le viene encima, con puñetazos y patadas. Iván la detiene con rapidez, pero ella sigue enojada y gritando. - ¿Quién crees que eres para inventar esas cosas? Eh? ¿Por qué te metes con mi familia?

- Manuela, Julia no miente! Te lo aseguro que no miente, sé que es difícil pero...

- ¡NO PUEDE SER! ¡Es mi papá! No... no puede estar muerto! - La chica llora mucho, y ni siquiera tiene fuerzas para mantenerse de pie, así que Iván la sostiene, intentando consolarla. Julia le habla otra vez.

- Manu, lo siento. Mucho. De verdad, pero no lo podía guardar. Mira, te vamos a ayudar, estaremos todos contigo, vale? Para lo que necesites.

- Tengo que saber si es verdad! Tengo que saberlo! Voy a buscar a mi madre! - Ella se levanta, nerviosa, y coge su bolso para irse.

- Manuela. Aquí está la dirección. - Julia le entrega el papel, y ella sale. Julia mira a Iván preocupada. - Tu crees que va a estar bien?

- Sí, cariño. Vamos a encontrar a Noiret y va a pagar por todo. - Iván dice, mirando a la nada, con el pensamiento muy concentrado en su odio por Noiret. Cuando mira a Julia, la nota distinta. - ¿Qué pasa?

- Que él también ha matado a mi padre. - Dice ella, con la misma mirada distante. Nunca había tenido la oportunidad de hacer justicia por su padre y en el fondo eso también no la dejaba en paz. De repente, miró a Iván, bruscamente. - Iván, ve con Manuela, corre. No tiene que estar sola en este momento. Anda, después hablamos.

- Eres la persona más increíble que conozco. - Le dice manso y tierno, dándole un besito. - Nos vemos luego.

***

Vicky y Faca tratan de estudiar, pero él no se contiene y la quiere besar todo el tiempo.

- Facundo! Basta! Quita!

- Vicky, ¿qué hay de malo?

- Nada, es que no es el momento. Tienes que estudiar!

- Pero si me he salido bien en la primera prueba, tengo créditos para la segunda, venga.

- No, no tienes que pensar así. Tienes que ir mejor todavía. Sé que puedes.

Le estaba empezando a molestar la rutina con Vicky. Estaba feliz de haber vuelto a estudiar y sentirse capaz e igual a los demás, pero que le gustase estar todo el tiempo en compañía de libros y carpetas era otra cosa.

- Y si no puedo, ¿qué? ¿Vas a seguir conmigo?

- Pero, ¿qué dices?

- Te estoy preguntando si soy tu novio o tu experiencia. ¿Quieres ver si puedes transformar un bruto en una persona mínimamente inteligente? Porque no creo que yo sea la persona indicada.

- Faca... - Ella lo mira y le acaricia la cara.

- No me mires así, como si fuera un perrito callejero.

- No te estoy mirando de ninguna manera que no sea con amor. - Le respondió con firmeza. - ¡Y no me gusta que hables así de ti mismo! Mira si tanto mal te hace ir al colegio, dejalo. Lo único que quería era que tuvieras una oportunidad. Y no es para que seas mi proyecto, es porque te quiero.

- Vale. Yo también te quiero. Pero me preocupa que... yo no sea el genio que esperas. Ya casi no hacemos nada juntos que no tenga que ver con los estudios, estoy harto. No soy como tú, a lo mejor no me gusta tanto estudiar y me basta con aprender lo necesario.

El Internado: Volverá La LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora