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Argentina.

"Nada más peligroso que una persona que te haga estrenar sentimientos".
-Benjamín Griss.

La noche había caído en rosario, argentina. Todas las luces alumbran cada rincón oscuro de está hermosa ciudad. Memo y Lionel habían regresado de Brasil, y el mexicano solo pasaba a dejar a él argentino para así regresar a su país.

El rizado paga el taxi y le ayuda al argentino con su equipaje, entran al hogar de los Messi. La casa es bastante grande y acogedora, realmente tenía ese ambiente de familia en ella. Algunas voces se encontraban resonando en el salón del hogar, y una de ellas era la del señor Maradona.

Se adentraron al lugar y miraron a los progenitores del jugador, charlando con la leyenda del fútbol. Los tres les sonrieron a los recién llegados y los saludaron con un abrazo a ambos.

-Lio, ¿Podés dejarnos con Guillermo? Necesitamos hablar con él, mi vida-le dice la mujer mientras acaricia el cabello de Messi.

-¿Por qué no puedo quedarme?-se cruza de brazos y frunce su entrecejo.

-Son cosas privadas, ahora no seas un pibe pequeño, y andá a tu habitación, lio-esta vez habla el padre del jugador.

-Bien-sin más que decir se retira del salón.

Los mayores del salón miran felices a Memo, y le hacen una seña para que tome asiento, este algo aturdido toma asiento en uno de los sofas del salón.

-¿Qué tal se portó?-cuestiona Maradona.

-Pues no doy quejas, supo comportarse conmigo. Y tomó sus vitaminas y medicamentos, como lo ordeno, señor-responde con seguridad.

-Vos sos un gran niñero-lo felicita el señor Jorge Messi.

-Muchas gracias, señor-el mexicano le sonríe.

-¿A qué te dedicas?-pregunta la mujer.

Aclara su garganta, el rizado.-Aparte de ser arquero principal de la selección mexicana, tengo un doctorado y postdoctorado en medicina. Actualmente trabajo en uno de los hospitales más importantes de Monterrey-dice orgulloso de si mismo.

-Excelente muchacho. ¿Qué tal de trabajo?-pregunta Maradona. El hombre analiza cada movimiento de Ochoa.

-No me preocupo mucho, el director del hospital me otorgó unos cuantas semanas de vacaciones, así que por el momento estoy libre-acomoda sus rizos.

-A vos, ¿Te gustaría cuidar de Messi por este tiempo?-suelta la pregunta, Celia. -Digo, sos un gran niñero y pues Sergio es quien se hace cargo de Lionel. Es que no nos gusta que él esté solo, ya sabés, a pesar de que sea un alfa, se comporta peor que un Omega, es todo un pibe rebelde-

Memo se queda callado, no sabe que respuesta darles a sus mayores.

-Mira muchacho. Messi es un pibe grande y si puede cuidarse solo, pero nos disgusta que se quede solo, en el pasado ocurrieron cosas que él hizo, entonces es difícil que nosotros le demos esa confianza. Pues es muy testarudo y necio, al no querer seguir las instrucciones del doctor-Maradona talla su rostro.

-¿Padece de alguna enfermedad, grave?-pregunta el rizado. Desde la vez en que el argentino se desmayo en el partido del mundial, siempre quiso saber la respuesta.

-No querido, mi hijo está bien. Solo que por entrenamientos y partidos mi pibito, no quiere comer del todo y pues hace unos meses le diagnosticaron una enfermedad alimenticia, no grave, pero si necesita que tenga a alguien que le exija para que tome el medicamento-la mujer suspira.

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