"En algún lugar, algo increíble está esperando ser descubierto."
-Carl Sagan.—Él no es lo que piensas. Él es un peligro para quien lo rodea, y más para Messi—dice Vicente, en la línea telefónica. Memo observa a lo lejos como Sergio se acerca nuevamente con una sonrisa "amable". —Porque él...—La voz de Vincente es interrumpida por un ruido, avisando que a su amigo le están llamando.
—Debo colgarte, mi esposa me esta llamando, cuídate mucho y cuida de Messi—la llamada finaliza.
—Vicente, solo di...—el rizado se da cuenta que ha finalizado la llamada y gruñe por lo bajo. Al alzar la mirada observa como Sergio se sienta frente a él.
—¿Interrumpí algo?—pregunta con una voz angelical Agüero.
—No, solo son llamadas de spam, nada inusual—sonríe Memo. La mente del mexicano no cree en lo que ha dicho Vicente o solo una parte, necesita saber un poco más, pero Vicente a colgado y Sergio está frente, así que Memo solo se limita a responder a lo que le plática Agüero.
La cena ha terminado, los dos se irán a su casa, están en el estacionamiento del restaurante.
—Deja que te lleve a dónde te estás quedando, ya es noche y puede ser peligroso—le comenta Memo a el argentino.
Sergio nega lentamente. —No así está bien, yo puedo irme por mi cuenta. Puedo pedir un taxi y que me lleve—
—Pero gastarás dinero—le dice Guillermo intentando convencer a Sergio para que él pueda llevarlo.
—No te preocupes, con lo que gano en la empresa, está bien—sonríe nuevamente Agüero. Alguna gotas de lluvia comienzan a caer. —A demás debo de pasar a el supermercado, para comprar algunas cosas que me hacen falta—
La lluvia comienza a volverse cada vez más intensa. La mente de Memo pasa de pensar en todo lo relacionado con Agüero a solo enfocarse en una persona: su Messi. Un poco desesperado, solo le dice a Sergio que está bien y que se cuide. Luego, sube a su auto y maneja a toda velocidad hacia la casa de Messi.
Al llegar, intenta entrar lo más rápido posible. Corre por los pasillos, lo busca por toda la casa y no lo encuentra en esos lugares, hasta que finalmente entra a la habitación y lo ve durmiendo pacíficamente, abrazando una almohada. Memo suelta un suspiro aliviado, se sienta en la cama, le da un beso en la frente y acaricia el cabello de Messi.
Los ojos del mexicano se iluminan con solo ver a su pequeño Alfa. Sonríe, se levanta, toma una ducha, se pone su elegante pijama y se recuesta al lado de su amado. El rizado lo mira dormir y acaricia delicadamente la mejilla de Messi.
Es un silencio reconfortante y cálido. Aunque Messi esté en el país de los sueños, Memo puede apreciarlo, como antes apreciaba las obras de arte en un museo. Intenta dormir, pero no puede. A pesar de la calma en el silencio, hay demasiado ruido en su cabeza, un ruido que no lo deja en paz desde que su amigo le comentó eso. Deja salir un suspiro agotador, se levanta, se pone sus pantuflas y un saco grande porque la lluvia ha dejado un clima frío.
Antes de irse, se acerca a Messi y le susurra al oído: "Saldré a comprar, no salgas y no abras a nadie". Deja un tierno beso en los labios de su novio y sale de la casa en su auto.
[•••]
El mexicano espera que la puerta sea abierta, cuando está se ande el mira a su amigo quien está aún en traje, pero si corbata está desarreglada, Vicente sonríe.
—Hola, pasa—dice el rubio con una sonrisa siempre.
—Gracias—Guillermo entra a la morada de su amigo, y cuando se adentra más, olfatea un olor delicioso a café y coco. —¿Estás preparando algo?—

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Latidos De Amor
FanfictionMe convertí en el niñero del número diez de Argentina, sin saber que cambiaría mi vida por completo, convirtiendo en una vida aburrida, en una donde me hiciera sentir en una montaña rusa, llena de emociones. Dejando el odio de lado. Y ahora solo me...