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Él, es tú...

"Sentimientos nuevos que me asustan"
-Anónimo

Kun algo asombrado, sonríe y rasca su barba. -¿Por qué lo preguntás? A caso, ¿Te gusta tu niñero?-

-Eh... No, pará de decir boludeces, yo...-mira que sus manos están comenzando a sudar. -No lo sé-dice muy bajo, pero Kun lo escucha.

-¿Enserio?-dice aún más sorprendido.

-¡Boludo!-llama a su amigo, para después susurrar. -¿Por qué me preguntas eso?, Vos sabés que yo nunca me he enamorado. Nunca he sabido que se siente enamorarse de alguien, Sergio-

-La re concha, tenés razón-suspira.

-A ver contame. ¿Cómo se que estoy enamorado?-carraspea.

-Pues se te acelera el corazón cada que estás con él, a cada rato se te viene su nombre a tu mente o lo sueñas. Aunque te pones rojo por cosita de nada, así que vos ten cuidado porque vos pareces un tomate cada que te pones rojo-suelta una carcajada, Agüero.

Él alfa le enseña su dedo deo medio y si amigo solo sigue riendo, limpia una lágrima que está saliendo de sus ojos.

-Bueno, entonces...-Messi lo interrumpe, pues el Omega había regresado de haber tomado su ducha.

-Cuidate, chao-le dice el argentino y finaliza la llamada.

El Omega solo lo mira. Sus rizos húmedos se esparcen sobre la frente del mexicano, lleva puesto una pijama completamente azul marino, y unas pantuflas del mismo color.

-¿Que?, ¿Tengo algo en el rostro, o porque me miras?-le pregunta el alfa algo nervioso.

-Ve a la cama, ya es demasiado tarde, debes descansar-ignora la pregunta y solo lo sigue mirando, sin alguna expresión en su rostro.

-Pero, ¿Qué decís? ¡Son apenas las diez!-dramatiza Lionel y se levanta del sofá, para así después apagar el televisor e irse a su habitación.

Memo camina detrás suyo y supervisa que esté si se haya metido a la cama, afirmando que obedeció, lame sus labios. -De acuerdo, descansa Lionel. Cualquier situación o problema me buscas, estaré enfrente de la habitación-el alfa asiente y Guillermo sale de la habitación.

Lionel mantiene su vista en la puerta, mientras que unas sábanas tan suaves lo protegen del frío. Los pensamientos comienza a abrumarlo, cada uno cuestionando su realmente el odio que sentía por el arquero mexicano se transformo en amor. Dando de vueltas por toda la cama, suspira agotado. Levantándose de la cama coloca sus pantuflas y sale de la habitación.

Todo se encuentra oscuro, y calamardo, era un lugar de paz, o bueno eso era antes de que su niñero apareciera en el comedor leyendo un libro.

-¿Porque sigues despierto?-dice sin despegar la vista de su libro.

-¿Vos como sabés que estoy despierto?-se encoge de hombros.

-Tu olor no te ayuda tanto, alfa-pasa a la siguiente página de su libro.

Se olfatea a si mismo y sé percata de que su olor no es tan bastante fuerte como para que otros lo huelan. -Eso no es cierto, yo solo me puedo oler-

El Omega no responde. -A ver si vos decís que mi olor es intenso, a qué huelo-

-Lavanda y con un toque de vainilla-responde sin dudar y el argentino casi se atraganta cuando la escucho.

-Me estabas espiando, es eso-se cruza de brazos.

-Como digas-intenta ignorarlo.

-¿A caso sos un vampiro o no dormís?-se recarga en la pared del comedor.

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