Latidos De Amor

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"Un lazo que se tejío en los juegos de la infancia, ahora se fortalece con cada experiencia compartida, siendo el ancla que sostiene nuestra amistad en el devenir de la vida."

-Anónimo

A través de la ventana del comedor, unos cuantos rayos cálidos de la luz de la luz del sol, se colaban hacia dentro. Sergio, se mantenía en una posición cómoda, mientras disfrutaba de un café mañanero, y miraba en us teléfono las redes sociales.

Memo baja las escaleras aún algo somnoliento, suelta un suspiro y su mandíbula se tensa al mirar a Kun. Decidido, se acerca con determinación y le sonríe un poco a el argentino.

—Buen día— Saluda Memo con una pequeña sonrisa y un ademán.

—Hola, Memo— Sonríe, Sergio para el mexicano.

—¿Puedo sentarme?— Agüero asiente. —Necesito hablar seriamente contigo— Esa frase sale de su boca, por si sola.

Agüero asiente. —¿Qué pasa, contame?—

—¿Porque motivo, te portaste tan grosero y frívolo conmigo? Cuando yo no he sido mala persona contigo— La mirada penetrante del mexicano recae en el amigo de Messi.

Agüero con delicadeza deja su teléfono en la mesa y bebé un sorbo de su café, para después aclarar su garganta. —Primero de antemano, quiero ofrecerte una disculpa, yo...— Las manos de Sergio tiemblan un poco pero las oculta debajo de la mesa, Memo se da cuenta de ello, pero disimula no haber visto eso.

Toma una calada de aire y por fin confiesa tropezando en la s palabras mientras habla. —Yo pensé, que vos le querías causar daño a Messi, y me enoje mucho. Por eso aproveche la ocasión en donde Messi, estaba furioso contigo al igual que andaba un poco ebrio, y te dijo eso. Lo grabé y te lo mostré, porque quería que te alejarás de él, y que no pudieras hacerle daño— Confiesa muy apenado.

Memo lo mira y siente un sentimiento de compasión por Agüero. —Disculpa si pensé mal de ti, yo creí que no te agradaba o que querías ocasionar problemas entre los dos— La de servicio me entrega una taza de café a Memo.

Sergio asiente, y con una sonrisa le responde amablemente a Guillermo.
_No te preocupes, no dudes de mí, soy alguien que solo cuida a las personas que aprecia.—

—¿Aprecias mucho a Messi?—Cuestiona a Kun.

—Sí, no me gusta verlo llorar— Muerde su labio algo ansioso al recordar su pasado.

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"En aquellos días de juventud, la memoria de Agüero lo llevan de regreso a un momento crucial de su vida. Recuerda claramente cómo conoció a Messi, en las sombras del dolor de su amigo.

La risa de los niños se escuchaba en cada rincón del orfanato, con forme avanzaba el jardín las risas de ellos se convertían en un pleno silencio sepulcral, solo hasta que llegó a lo más profundo del jardín; algunos sollozos que gritaban un dolor tan fuerte se podían escuchar.

El niño mayor se acercó lentamente a el lugar donde provenía aquel extraño ruido, cuidadoso con sus movimientos miro a un pequeño cachorro de cabello castaño llorar, mientras abrazaba a sus delgada y frágiles piernas.

—Hola...— El chico dijo teniendo un poco de cuidado, para no espantar a el niño. El pequeño, solo se limito a observarlo con sus lindos y tristes ojitos.

El mayor, se fue acercando a el pequeño niño, cuidadosamente. Cuando llegó haga él, colocó una de sus manos en el hombro del niño y dio unas palmaditas en el.