15

45 5 4
                                    

El rizado se encontraba en su consultorio, de mal en peor, con varios frascos de pastillas en su escritorio, tomo algunos y vacío su contenido en la palma de su mano.

La gente se escuchaba a su alrededor de Messi, mientras el corría hacia en dónde el mexicano estaba. Las lágrimas bajaban cómo cascadas y a cada paso que daba sentía que no podía llegar hacia donde el rizado estaba.

-Porfavor, no lo hagas-se dijo a si mismo Messi.

Llegó al lugar e intento abrir la puerta del consultorio, pero este se encontraba cerrada con seguro, intento abrirla con todas sus fuerzas, tomando impulso y empujando, así fue como logro abrirla.

Miro como Ochoa estaba apunto de tomar todas aquellas pastillas, intentando quitarse la vida.

-¡Memo, no lo hagas!-el argentino despertó agitado, lleno de sudor y lágrimas. El corazón de Messi se sentía estallar y le dolía tanto, tomo sus pastillas de su mesita de noche tomo una de ellas para calmar el dolor.

Un mal presentimiento sentía, así que fue directamente hacia la habitación de Kun. Abrió la puerta y miro a su amigo quién se encontraba profundamente dormido.

Se encamino hasta la cama y lo despertó con leves golpes.

-¡Auch! Pará che, vos querés matarme, demente-dice Kun demasiado molesto y volviéndose a tapar con la sábana.

Messi arrugó su entrecejo. -¡Sergio Agüero!-

Kun bufó por lo alto y se destapó, mirando un poco a su amigo.

-¡¿Qué, Lionel?!-fastidiado pregunta.

-Cancela todo en mi agenda, dile al CEO del club que no iré a entrenar por un tiempo-hace una pausa y Kun quiere hablar pero Messi no lo deja, así que el argentino sigue. -Llévame a México-

-¡Sos loco!, Che ve duerme-dice Kun.

-No estoy loco, solo llévame a México, quiero ir. Porfavor-le ruega a su amigo.

-Agh, bien. Pero saldremos el viernes así que ya ve a dormir-le manda Agüero.

-¡No!-

-¿No?-

-¡No!, ¡Vamos a ir mañana!-le dice enojado Messi.

-¡Bien ya, mañana!-le responde Kun ya harto de que no lo deja dormir.

Lionel lo mira. -¿Ahora qué?-le pregunta Kun.

-No te veo comprando los boletos-le responde con sus brazos cruzados.

Kun se levanta de mala gana y se acerca a su computadora, teclea unas letras y comienza a comprar los boletos.

-Ya, ¿Feliz?-le pregunta Kun. Lionel asiente como un niño chiquito.

-Ahora, andate a dormir, que el vuelo sale a las diez-

-¿Qué a las diez, sos loco? Es muy tarde-

-son tres horas de diferencia, ya deja de joderme y duérmete-Kun vuelve a acostarse.

-Cierto, gracias kuni-sonríe Messi.

Las horas pasaron y Messi junto con su amigo ya iban rumbo a México, faltaba tan solo muy poco para llegar a la ciudad de México. Messi aún sentía aquel dolor en su pecho, perdón intentaba disimular el dolor.

Llegando a la ciudad, esperaron al siguiente vuelo que era para Monterrey, llegando la hora de vuelo subieron y esperaron a llegar su destino, estaba más cerca que antes.

[•••]

Lionel se dirigió al hogar del mexicano, tocó el timbre pero nadie atendió a la puerta estaba nervioso así que se dirigió al hospital donde trabaja, algo apresurado subió por el ascensor y se dirigió a recepción, Kun no entendía nada de lo que pasaba.

Latidos De Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora