"Aunque tu jardín es gris, conozco todas tus desgracias, algún día florecerá. En la ducha del sol."
-movningEl argentino sale del hospital con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón y suelta un suspiro. Mira a su alrededor, todo es desconocido para él, no hay lugar que él conozca, pues nunca había pisado tierras mexicanas.
Mira el cielo gris, casi obscuro y muerde su labio. En su mente vaga aquel pensamiento de culpa, estaba siendo el amante de alguien que ya tenía un futuro planeado. Camina sin mirar atrás, la gente pasa a su lado y le da gracias al cielo porque no lo reconocen y puede tener algo de paz.
Se detienen en seco al mirar algunas gotas caer sobre la acera, trata de no darle importancia, hasta que las gotas de lluvia caen de manera intensa, sus respiración se agita, sus manos comienzan a sudar, su cuerpo tiembla y sus vista se vuelve borrosa.
Recuerdos del pasado cruzan por su mente, las lágrimas no pueden contenerse. «¡Mamá!, ¡No me dejes!».
Solloza, tapando su rostro con ambas manos. Siente como alguien lo cubre de la fuerte y tenebrosa lluvia, su cabello escurre por su frente, al argentino lo jalan por la cintura y lo envuelven fuertemente. Un olor conocido inunda sus fosas nasales, pero aún así este no puede calmarse, Memo lo abraza con fuerza y acaricia el cabello húmedo de su alfa.
El rizado se aleja de Messi, para así tomar su mano y caminar entre las personas, a pasos titubeantes el argentino sigue a él mexicano.
Llegan al estacionamiento más cercano en donde había dejado su auto y cierra la sombrilla. Ambos entran a los asientos de atrás y memo le da su espacio para que pueda desahogarse y calmarse, mientras lo toma de la mano y le da algunas caricias en esta con su dedo pulgar.
Después de algún tiempo, Messi mira a Memo, los ojitos hinchados y demasiado rojos por parte de leo, hacen que él corazón de memo se haga chiquito, lo jala hacia él lo envuelve en un cálido abrazo.
-Gracias-dice con su voz entrecortada, Leonel.
-No me agradezcas, para eso estoy, para poder cuidarte-le da una media sonrisa.
-¿Cómo me encontraste?-se encoge de hombros el alfa argentino.
-Soy tu niñero, puedo encontrarte a dónde quiera que estés-baja de la parte trasera del auto y sube a la parte del conductor, para así poder llevarlo a casa.
En todo el camino hubo un rotundo silencio, Lionel sentía que algo había cambiado en Memo, o simplemente él, era un pasatiempo para el mexicano.
Recargo su cabeza en el vidrio del auto y miro el paisaje, así se mantuvo durante todo el camino.-Lionel, debo salir está noche, necesito que te quedes en casa, la lluvia ha terminado así que no tengo problema en dejarte solo-le dice el rizado con una expresión neutra.
Asiente algo confundido, pero su subconsciente le dice que él saldrá de casa, porque verá a Saúl. Y eso hace que se ponga muy triste, porque él, está convencido de que ama a su rival de juegos.
Memo entra a tomar una ducha y Messi solo mira el ventanal de la sala, el cielo tenue de un color gris y los edificios que hacen que él mundo sea un poco más colorido, por la luz que emiten. Ochoa sale de su habitación, muy bien vestido, portando como siempre algo elegante, Messi gira en dirección a Memo, pues ha sentido su olor, y lo observa, el queda perplejo ante el rizado.
-No salgas, ni le abras a nadie, llama si ocurre algo, no creo tardarme, solo iré a una reunión y regresaré-dice con una voz ronca, y sus ojos mirando a Leonel, quién solo asiente.
Memo sale de la casa y se dirige a su reunión, ya estando en el lugar, camina entre los jardines del director del hospital, observa como el lujoso auto de sus padres llega y se estaciona aun lado de los otros. Bajan la señora Natalia y el señor Ochoa con una sonrisa al mirar a su hijo desde lo lejos. El rizado se acerca a ellos.
-Mamá, papá-les da una sonrisa.
-Hijo, llegaste temprano-dice su padre.
Los tres se adentran a el hogar de los Álvarez, una de las empleadas los lleva hasta el comedor en donde los dueños se encuentran junto con su hijo, esperando a su yerno y a sus padres. Se saludan formalmente y toman asiento.
Memo se sienta alado de su prometido, teniendo una vista perfecta al jardín delantero de la casa.
-Es un gusto que nos acompañen-dice el padre de Saúl y bebe de su vino.
-El gusto es nuestro, por habernos invitado a esta maravillosa cena-habla el padre de Ochoa.
-¿Qué tal el negocio, señor Ochoa?-pregunta el padre de Saúl.
-Excelente, muchas gracias por darme la idea de tener una empresa de restaurantes-sonríe ampliamente el hombre.
-Dejen de hablar de negocios, estamos aquí por nuestros bebés, que muy pronto se unirán, y será uno solo-habla la madre de Saúl con una gran sonrisa.
-Tienes razón querida, debemos poner fecha ya, para su matrimonio-sonríe el señor Álvarez.
-De hecho papá, pienso que es muy pronto para casarnos, Memo debe enfocarse en su trabajo y yo en el mío, por lo...-
-No pierdan el tiempo hijos, que tal si se casan en dos meses-esta vez habla el papá de Memo.
-Papá, es muy pronto, ¿No crees?-lame sus labios el rizado.
-Oh vamos, ustedes son jóvenes, no pierdan el tiempo y por fin inicien su matrimonio-sonríe la mujer, madre de Canelo.
-Nuestros padres tienen razón, nosotros debemos casarnos y no perder más el tiempo, amor-Saúl abraza a su prometido.
-Yo...-mira la ventana que tiene enfrente y observa como la lluvia comienza a caer con fuerza, algunos relámpagos y truenos acompañan a esta feroz lluvia. El rizado mira a su prometido unos segundos. Y algunos recuerdos le llegan a su mente.
-Hablemos de eso luego, necesito retirarme pues...-hace una pequeña pausa. -Deje algo importante en casa. Gracias por la cena, pronto les daré mi respuesta-
Se levanta del comedor, y de prisa se encamina hasta su auto, sale del hogar de los Álvarez y se dirige a su casa. Después de algo de tráfico en el camino, llega a su hogar, baja de su auto, y corre hasta el ascensor, gruñe, pues el ascensor no funciona debido al apagón que hay en la ciudad. Corre por las escaleras y llega hasta su departamento.
Se adentra al lugar y algo agitado observa cada rincón para poder encontrar a Messi. Al no encontrarlo, lo busca en las habitaciones y por fin lo encuentra, él está en el suelo, sentado mirando la pared de la habitación del rizado, llorando, temblando y abrazándose a si mismo.
-Mamá, mamá-solloza el argentino.
Con cuidado el Omega se acerca al alfa y lo abraza. Messi se aferra a el rizado y este lo atrae más a su pecho.
-Messi, respira, ya estoy aquí-Ochoa carga a Messi y lo recuesta en la cama, se mantiene a su lado e intenta calmarlo.
Saca una manta y un control blanco del cajón de la mesita de noche y se coloca alado de Leonel. Lo cubre con la manta y presiona un botón del control blanco, varias luces se reflejan de una pequeña bolita de luces recargable. Esas luces se colores comienzan a convertirse en un cielo estrellado, con algunos planetas en el techo de la habitación del mexicano.
El rizado se aleja un poco y Messi se sobresalta. -No te vayas, porfavor. Quédate-solloza el argentino. -Solo quédate a mi lado-
Las mejillas del albiceleste se tornan de un rosado claro, Memo mira los ojitos hinchados y cristalinos del alfa, toca la mejilla de este y le da leves caricias con su dedo pulgar.
>>Solo por está noche, me quedaré contigo. Para después poder dejarte ir y que tú vuelvas a ser feliz, mi pequeño Messi...<<
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Nota de la autora:
Después de mucho vuelvo con un nuevo capítulo, espero y les guste, guarden un poco de sus lágrimas para más tarde que se vienen capítulos fuertes.Cuídense mucho, les quiero, muchas gracias por el apoyo chaooo.
-Lu

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Latidos De Amor
Fiksi PenggemarMe convertí en el niñero del número diez de Argentina, sin saber que cambiaría mi vida por completo, convirtiendo en una vida aburrida, en una donde me hiciera sentir en una montaña rusa, llena de emociones. Dejando el odio de lado. Y ahora solo me...