Capítulo 32.

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**Editado**

Haley:

Theo enciende el coche sin decir otra palabra. Pareciera como si el tiempo se hubiera congelado entre la realidad y la capacidad que tengo para procesarla. Permanezco sin movimiento alguno por un buen rato, dejando que mis palabras se queden atascadas. Ha pasado mucho tiempo. Tanto, como para que cuando diga algo, ya ba habría perdido importancia. Y cuando finalmente abro mi boca para dejar escapar lo que tenía pensado decir, Theo ya no quiere escucharme.

-Theo,- comienzo.

-Olvídalo.

Suspiro. -Theo.- Esta vez, lo digo casi en súplica.

-De verdad, olvida todo lo que dije.

-No puedo.- Mi voz se ha tornado en un suspiro, uno casi inaudible.

-Bueno, entonces me retracto,- Espetó. Sus palabras son como una fría cachetada. Abro mi boca para responderle, pero nuevamente me interrumpe. -Probablemente hubiera escogido la vida sin ti.- Una cachetada en mi rostro hubiera sido preferible a oírlo decir eso.

Aprieto mis labios siendo incapaz de aferrarme a las palabras que se encontraban en la punta de mi lengua. Iba a decir que concordaba con él. Que si me dieran a escoger, escogería la vida que lo incluye en vez de escoger la vida que lo excluye en menos de lo que un corazón pueda palpitar. Afortunada, pero aún desafortunadamente, no me dio la opción de responderle.

Cómo si pudieran sentir mi estado de ánimo, finas gotas de agua omienzan a caer desde el cielo. Theo murmura algunas groserías bajo su aliento. Manteniendo mi visa fijada al camino, veo como la lluvia comienza a hacerce cada vez más poderosa, el sonido se vuelve tan intenso que afecta el sonido de mi pulso.

Duele más de lo que debería. Y tal vez, si Theo pudiera escucharlo, estaría preocupada. Pero sé que sólo es la reacción a las palabras hostiles del hombre el cual solía amar. Si no se han dado cuenta, por fin me estoy acostumbrando al 'tiempo pasado' en esta situación. Tal vez eso debería hacerme feliz. Me refiero a que, esa sería una prueba de que lo esto superando ¿No? No lo sé. Todo lo que sé es que me hace sentir tristeza. Total e irremediablemente decepcionada.

Seguimos el camino en silencio. El tráfico se encuentra mal, y la oscuridad sólo la vuelve peor. Cada vez que el coche se detiene, quiero explicarme de algún modo y decirle lo que siento, pero cada vez que me armo de valor y mi boca comienza a pronunciar una palabra, el coche comienza a moverse nuevamente-como una señal de que me calle.

Considerando la situación, nada me hará sentir mejor. Theo se retractó. Es tiempo de aceptarlo. Tiempo de dejar de ser una pieza de su juego.

Por suerte, el tráfico se disipa y logramos avanzar con normalidad a medida que la noche va cayendo.

Siempre he amando estar en coches por la noche. Cuando era menor, y hacíamos viajes familiares, esta era siempre mi parte favorita. Mi madre iría durmiendo en el asiento del copiloto mientras su cabello le taparía la cara. Siempre hacía eso mientras dormía. Era como si se quisiera esconder del mundo. Y mi padre estaría acariciándole el brazo. Por supuesto que él sabría que mi mamá estaba durmiendo. Pero una de las cosas que aprendí en mi niñez, es que mis padres amaban tocarse. No tan así como suena, pero pequeñas muestras de afecto físicas: acariciar el brazo, hombro, las mejillas, juguetear con las manos, no importaba. Nunca lo entendí, pero siempre lo adoré. Mirando hacia atrás la vida que tuve con ellos, cuando pienso en mis padres digo: Irremediablemente enamorados.

Cuando mi padre manejaba, me sentía la persona más segura del mundo, y con mi madre a su lado, me sentía más segura aún. Era como si nadie nos pudiera hacer daño. Eramos indestructibles.

Lovespoken - Theo James (traducción) BAJO EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora