Capítulo 4

3.7K 245 14
                                    

-Voy camino a LA.- Le informo cojeando a mi camioneta.

Sus manos sostienen mis codos para darme equilibrio. Le sonrío agradecida antes de dirijirme hacia mi coche. Toqué a mi amada camioneta con ojos tristes. Estaba completamente destrozada. ¿Cómo pude hacer esto? No lo puedo creer.

Afortunadamente, la parte posterior de la camioneta, en donde están todas mis cosas, no salió tan afectada. ¿Cómo terminaré mi viaje a Los Angeles? Tendré que llamar a Colin para que me venga a recoger y que me lleve a casa.

Colin respondió en el primer tono, -¿Todo bien?- Pregunta de inmediato.

-No estoy segura.- digo dándole una mirada al hombre que se hace llamar Theo. Está a un metro de distancia examinando mi coche.

-¡¿Qué te pasó?! ¡¿Dónde estás?!- Me interroga.

-Bueno...verás,- no se como empezar. Nunca hay una forma correcta de decirle a tu mejor amigo que destruiste completamente tu coche por estar apunto de quedarte dormido. -Tuve como, un... accidente.

-¡¿Que tu qué?! Haley, ¡¿estás bien?! ¡¿Dónde estás?! Voy a buscarte,- entra en pánico.

-Colin, Colin, tranquilo. Estoy bien. Solo me quedé dormida, eso es todo.- A mi izquierda veo que me he ganado la atención de Theo. Me queda mirando, enviando un escalofrío por mi espalda dolorida mientras su mirada perfora la mía.

-Haley dime dónde estás o te juro que-

-¡Dije que estoy bien! Estoy aquí con este hombre, me ayudó y me sacó del coche y-

-¿Éste hombre?- Colin escupe las palabras. Nunca había escuchado su voz tan venenosa.

-Sí. Ahora cállate y escúchame. Ya no puedo conducir mi camioneta. No hay otra opción. Esta hecha mierda. Estaba llamándote para que vinieras por mí pero no puedes hacer eso. Sólo llamaré a un taxi o algo.- Hablar con Colin me hizo cambiar de opinión, sabiendo que si viniera por mí, todo nuestro camino de vuelta sería Colin y su sermón sobre conocer a extraños en una gasolinera.

-Haley, con mucho gusto voy a recogerte.- Y sé que lo hará. Colin nunca me ha dicho que no a algo que le pidiera, excepto mudarse a LA conmigo.

-No te preocupes, me iré con este extraño.- Me río, colgando el teléfono antes de que pudiera responderme.

Theo se apoya en mi camioneta, mirándome con una ceja levantada. Incluso en plena luz del día, es absolutamente sorprendente.

-Entonces, ¿vas a dar un paseo conmigo, huh?- Pregunta. Una pequeña sonrisa se esconde en sus perfectos labios carnosos.

Mis mejillas se calientan y puedo decir que me estoy sonrojando. -Si no te importa, sí.

Theo suspira. -Normalmente no hago este tipo de cosas por extraños, pero haré una excepción, no solamente porque vamos al mismo lugar, también es porque claramente estás herida. Después de todo ninguna persona en su sano juicio le pediría a un extraño que lo lleve a una aventura de quince horas.

-Si no te has dado cuenta aún, no tengo otra opción.- Le recuerdo.

-Tu novio parecía no tener ningún problema en venir por tí.- Dice señalando a el teléfono que esta en mi mano.

-¿Mi qué?- La risa se acumula en mi pecho. Antes de que pueda tragar, estallo.

-Colin.- Dice lentamente, casi como si la palabra tuviera un sabor amargo en su boca.

-Oh, no, no. Colin no es mi novio, sólo somos amigos.- Agito mi manos frenéticamente.

Las cejas de Theo permanecen levantadas. -Lo que tu digas,- dice con un tono cantarin.

Ruedo mis ojos, decidiendo en no debatir con él. Si no me cree no es mi problema. Tampoco es como si le importara.

Theo se mueve, abriendo la parte trasera de mi camioneta para pasar mis cajas a su coche. Mis dedos tocan el borde de una pero cuando la estoy levantado, las manos de Theo se posan en mis hombros. -Estás herida. Deja hacerme cargo de esto.

Me corre a un lado y toma las cajas, situándolas en su coche. Mientras Theo hace eso, me doy cuenta que esta tiene maletas. Curiosa cuestiono, -¿desde dónde vienes?

-Chicago.

La forma en la que responde me da la sensación de que no quiere hablar de eso, así que en cambio abro la puerta del copiloto y me deslizo en la comodidad del interior. Algo sobre los vidrios polarizados y los asientos cómodos me hace sentir exhausta al instante. Antes de que mi "chofer" incluso se metiera en el coche, ya estoy dormida.

Lovespoken - Theo James (traducción) BAJO EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora