Capítulo 30.

1.7K 106 22
                                    

**Editado**

Haley:

Trabajar los siguientes días fue muy cruel.  Cada segundo era una tortura entre tener que hacer mi trabajo y batallar con mis sentimientos por Theo. Quiero mirarlo. Y en muchas ocasiones lo hago. Y no muchas veces me encuentro muy tranquila al hacerlo.

Siempre está con ella. Y cuando digo siempre, me refiero a siempre. Cada vez que me doy vuelta, ellos están riéndose o sonriendo juntos. Hablen de algo más  repulsivo.

Algunas veces Theo me atrapa mirándolo. Me pregunto que pasará por su cabeza cuando lo hace. Me pregunto si cada vez que nuestras miradas se conectan un millón de maravillosos recuerdos dan play en su mente como lo hacen en la mía. Me pregunto si esa chispa, la cual casi se encendió aquélla noche en su porche se habrá apagado. Tal vez le di un final para bien.

El director, del cual ahora si recuerdo como Robert (No, no es mi jefe, es otro Robert) nos llama cuando ya hemos terminado de filmar por el día.

-Buen trabajo todos,- nos propina un suave y lento aplauso. -Nuestra filmación en el estudio ha concluido por ahora. En tres días, necesito que esten todos con sus maletas y listos para ir a Chicago.

El cuarto se inundó de gritos y aplausos.

-Nos juntaremos a las siete para que todos nos podamos dirigir juntos al aeropuerto a tiempo.

Aeropuerto. Mierda. No hay manera de que me suba a un avión. Cuando fui a ver a Colin,estuve todo el viaje hiperventilada como si fuera una mujer que estaba dando a luz. Los que atendían en vuelo pensaron que me iba a desmayar. Gracias a Dios que me dieron mas bolsas porque vomite todo el vuelo. Me sentía un poco mal por la señora que se sentaba a mi lado.

-Si alguno tiene un problema con eso, venga a verme antes de irse para ver si podemos resolverlo.

Todos desaparecen excepto por la gente que tenía algo que hablar con Robert. Claro que yo era la única.

-Robert, no puedo volar.

-¿A qué te refieres con que no puedes volar? La última vez que revisé, nadie podía volar,- dijo riéndose de su pésima broma.

Aprieto mis dientes. -Me refiero a que le tengo fobia a los aviones.

-Entonces conduce hasta allá.

-La cosa es que, mi camioneta no soportará todo el viaje hasta Chicago.

-¿Compra otro coche? Lo siento, me gustaría ser de más ayuda pero, o conduces, o te subes a ese avión.

-¿Tienes algún auto que pueda ocupar?

-Querida, yo no presto mis coches.

De pronto una voz que no estaba esperando suena detrás mío. Al principio no la reconozco, pero luego recuerdo que él mantiene su acento americano en el set. -Yo la llevaré en mi coche.

Robert junta sus manos. -¡Genial! Los dos se tendrán que ir mañana a primera hora para que lleguen al mismo tiempo que nosotros. Theo, tienes mi número, llámame si hay algún inconveniente.

Me doy vuelta para verlo, estoy segura se que mis ojos estan rojos de tanta furia. ¿Por qué siempre tiene que sentir la necesidad de salvarme?

-No necesito tu ayuda.

"Si, si la necesitas, Haley. Tal y como dijiste, tu camioneta no aguantará todo el camino.

Suelto un quejido y me alejo. Lo último que necesito es pasar un día con Theo en un coche. Ya es difícil esconder mis sentimientos cuando estoy lejos de él. Para cuando estemos llegando a Chicago, estoy segura de que le habré confesado mi amor.

Eso sería lo último que podría pasar.

Mis piernas son muy cortas y Theo me alcanza rápidamente.

-No seas tan amargada,- dice. -Va a ser divertido.

-Pasar innumerables horas contigo en un coche no es mi ideal de diversión,-siseo atravesando las puertas para encontrarme con la oscuridad de la noche. Es difícil decir que hora es cuando estas en un set. No hay ventanas que nos ofrezcan la mínima pista de luz del exterior.

-Solía serlo.

Solamente me apresuré hacia mi camioneta. Theo me seguía persiguiendo. Trato de meter la llave para abrir la puerta de mi coche pero mis manos están temblando mucho.

Su mano se posa sobre la mía para ayudarme. 

No me atrevo a mirarlo.

-Haley, mírame.

-No estoy interesada en cual sea el juego que estés tratando de jugar.

Como respuesta suelta un suspiro. Su mano me levanta la barbilla obligándome a conectar nuestras miradas. -No estoy jugando a ningún juego. Sólo tómalo como un favor.

Me arrebata las llaves de mis manos. Siento como el calor que Theo emitía empieza a desvanecerse. Se asoma en el asiento del copiloto y enciende el motor.

Me meto en el coche mientras Theo se apoya en la puerta de color rojo/anaranjado.

-Te veo mañana temprano. Ven a mi casa como a las diez para que podamos cargar mi coche.

Asiento mientras que el cierra la puerta y la golpea suavemente para que avance.

¿Cómo va a resultar todo esto?

Ni idea.

Lovespoken - Theo James (traducción) BAJO EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora