Capítulo 31.

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**Editado**

Haley:

Llego un poco tarde a su casa. Mientras mi camioneta hace su camino hacia la entrada, veo su silueta junto a la puerta. Tiene varios bolsos que va cargando relajadamente en su coche, sin darse cuenta de mi llegada. Cuando ya estoy a punto de parar, se acerca a mi. Abre la puerta de mi coche extrañamente, toma mi mano y me saca de este, tal y como lo harían si  estuviera en una limosina. Tal vez se está tomando toda esta cosa muy seriamente.

-Gracias,- Murmuro mientras suelta mi mano.

No responde. Solamente se acerca a mi camioneta y empieza a sacar mis cosas para meterlas en su coche. No hay mucho, sólo vamos a estar tres semanas, por lo que llevo dos bolsos. Uno para mis prendas, y el otro para mis necesidades varias.


-¿Esto es todo?- Me pregunta sorprendido.

Me limito a asentir.

-Pensé que la mayoría de las chicas traen su armario completo cuando se van de vacaciones. Pero tu no eres como todas las chicas.- Podría jurar que lo guiñar un ojo, antes de prácticamente lanzar mis pertenencias en la parte trasera de su coche.

Dejando salir un innecesario y dramático suspiro me dirijo al asiento del copiloto. Antes de que incluso pudiera tocar la manilla de la puerta, Theo ya la había abierto por mi. Tal vez en el pasado hubiera apreciado tal esfuerzo, pero ahora me enoja. Conociendo a Theo, probablemente piensa que por haciendo todo esto hará que lo ponga en mi lado bueno. Pero lo que no sabe es que no hay nada que pueda hacer para que lo vuelva a adorar como lo hice alguna vez.

Antes de que pueda formular un insulto, cierra la puerta. Espero algunos segundos antes de que se suba al asiento del piloto, encendiendo el coche con un motor que apenas se escucha. La diferencia del motor de su coche y el motor de mi camioneta es otra prueba de que venimos de dos mundos distintos. Me recuerda que no pertenecemos el uno con el otro. El encaja perfectamente con Shai, la clase de chicha que probablemente no tenga un coche con un motor tan sonoro como el mío.

-Y ¡Nos vamos!- Theo exclama mientras toma el camino por la autopista. Por el espejo retrovisor puedo ver cómo su casa se hace cada vez más pequeña. Pero, en vez de sentir dolor, como el que sentí cuando lo dejé, una sensación de calma recorrió mi cuerpo por el hecho de irme. No sé si es algo bueno o algo malo.

Las primeras dos horas las pasamos en silencio. Cuando llegamos a la tercera hora, siento como mis párpados se van cerrando y me introduzco en la tierra de los sueños; la tierra de las pesadillas, mejor dicho.

***

Recuerdo este lugar. Estoy nuevamente en el bosque. La misma fragancia ha vuelto. Aunque sé que podría hacer mejores cosas que seguir aquel olor, lo hago de todas formas. Mis pies se mueven con más fuerza de lo que me permiten mis capacidades. Es como si algo las estuviera forzando a correr, forzando mi camino hacia la persona con la cual no quiero involucrarme más.

Cuando llego, sé que expectar. Pero cuando me encuentro cerca de Theo, caigo en la tentación, y sus labios comienzan a acercarse a los míos. Y ahí estábamos. Los dos, acercándonos. A segundos de chocar.

El momento en el que estas esperando para besar a alguien es siempre mejor que el beso en si mismo. La atracción magnética es casi mágica. Muy mágica como para ser arruinada por la acción original así que en vez de eso, el paisaja se escapa por mis pies y caigo.

Caigo.

Caigo.

Esta vez aterrizo sentada en una silla, la cual pertenece al juego de mesa de la cocina de Theo pero me encuentro en un callejón. Él callejón. Cuando giro mi cabeza, me encuentro con Shai, sentada en una silla idéntica a la mía. Detrás de Shai se encuentra el set completo de Insurgente. Todos son expectadores de lo que sea que vaya a ocurrir en este lugar. Ella fija su vista en el frente, concentrada en lo que sea que haya ahí. Siguiendo su mirada me encuentro con Theo, el cual nuevamente, sostiene un arma entre sus manos.

Este desastre se está disolviendo con completa claridad. Tiene que escoger. Tiene que matar a una de las dos pero, ¿A cuál?

La realidad me propina un golpe en la cara y comienzo a entender todo. Shai y yo pertenecemos a dos mundos completamente distintos, y escoger, significa dejar ir a la otra. Una voz gritando mi nombre me trae a la realidad justo cuando Theo apunta su arma a mi cabeza.

***

-Haley, háblame.-  Theo me ruega por al rededor de la centésima vez.

Los últimos veinte minutos han sido un desastre. Theo me despertó de mi histeria y mis mejillas se van humedeciendo más y más. No sé por qué el sueño provocó tal reacción en mi. Pero por alguna razón me destruyó. ¿Cómo le puedo decir que mi sueño fue sobre él? ¿Cómo puedo decirle que la razón por la que estoy llorando es que me di cuenta de que jamás estaremos juntos nuevamente?

Levanto mi cabeza mientras siento que el patán que va conduciendo para el coche por el costado.

¿Qué haces?- Le  digo.

-No me voy a mover de este lugar hasta que me digas por qué estas tan triste.

Theo observa mis ojos llenos de lágrimas. En un instante, veo como sus expresiones faciales se alteran. Sus familiares manos acarician mis mejillas, mientras sus ahora suaves ojos miran como las lágrimas siguen cayendo por mi rostro.

-Puedes hablar conmigo, Haley. Quiero saber que te sucede.

Asiento lentamente, mientras entro en trance.

-¿Fue una pesadilla?

Asiento. Que patético suena llorar por una pesadilla. Una imagen que tu propia   mente ha creado.

-Tenías que escoger.

-¿Escoger entre qué?

-La vida que tuviste conmigo. Y la vida que tienes sin mi.- Me arrepiento de las palabras que abandonaron mis labios tan pronto como las pronuncio. Ya he dicho mucho. He dejado bastante claro que aún siento cosas por él. Aún así continúo. -No me escogiste.

Theo permanece en silencio, sin hacer ningún sonido. Sólo me observa incrédulo. Sus manos aún se encuentran en mi rostro.

-Odio tener que contradecirte Haley, pero te equivocas en lo que a tu pesadilla respecta. Jamás escogería eso.

Lovespoken - Theo James (traducción) BAJO EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora