✦ʚ35ɞ✦

2.4K 247 27
                                    

˚₊· ͟͟͞͞➳❥

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

˚₊· ͟͟͞͞➳❥

Andrés miraba a Lisa con incertidumbre, y hacía cálculos. Su mente vagaba por todas esas veces que sin así quererlo, era obligado a abusar de su propia madre. Otra esclava de su padre. Otro pelele más.

Se preguntó si todas esas veces en la que estuvo con ella le dieron una hija tan perfecta como Lisa, sin ningún defecto, sin ningún retraso. Y sí.

Aunque para él era increíble, ahí estaba su hija. Pero él no la quería como a una hija, él la quería como a su mujer.

Quería tocar a Lisa, quería hacerla de su propiedad. Porque más de una vez, se encerró en su habitación para ver las fotos de la menor, y sonreía luego de terminar para al final musitar un "serás mía". Lo cual, seguía siendo válido para él.

Obviando la realidad y que Lisa no puede ser su mujer porque es producto de una violación a su propia madre en contra de su voluntad y provocada por su esposo y padre de su hijo, eso no le importaba a Andrés. Sin duda alguna, su mente ni siquiera pensaba en las probabilidades de dejar aquel plan.

—No me importa —musitó bajito.

El estómago de Lisa pegó un vuelco del asco que provocaban aquellas palabras salidas de la boca de aquel troglodita que no pensaba más que en su beneficio propio. Le daba asco.

—No entiendo como puedes ser mi padre —masculló.

—No soy tu padre —Andrés se arrodilló frente a Lisa e intentó tocarla, pero aquella se removía cual lombriz.

—¡No me toque! —gritó y escupió su cara—. Es un asco. Un gusano.

Andrés rió, —¿Eso soy?, pues tienes suerte de que todavía no te tomo como mi mujer, porque para eso tendrás el rostro de mi hija. A la cual amé tanto.

—Déjeme ir —suplicó Lisa—. ¿Por qué hace esto?

—¡Porque eres mía. Yo no quiero hacer esto, tu me obligaste! —increpó cual desquiciado—. ¿Por qué no me amas?, acéptame, Lisa. Acéptame.

Lisa negaba repetidas veces. Su rostro tenía una mueca de asco. Su estómago dolía y su garganta ardía como los mil demonios.

—¿Tienes sed? —preguntó aquel. Lisa sin poder negarse, asintió. Andrés fue a por una botella de agua y la abrió para Lisa, con cuidado hizo que Lisa la tomara—. ¿Así está bien?

—Gracias —aquella tosió un poco-. Y suéltame, no lo acusaré si lo hace.

Andrés bufó, —¿Crees que me importa que me acuses?

Lisa quería mantenerlo ocupado, sin duda alguna, era una forma para atrasar lo que Andrés planeaba hacer.

—¿Su padre lo obligó a violar más mujeres?

Una Princesa En Apuros. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora