I - LA SOMBRA

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Había salido por fin de aquellos árboles que me provocaban desesperación, ya que en cualquier momento podría encontrarme con alguna serpiente o algo peor.

Seguí mi caminar a un buen paso y después de más de media hora pude vislumbrar el camino que daba hacia un hotel. Al llegar, me detuve y me acerqué para admirarlo un poco, ya que se veía bastante agradable.

Había escuchado de los turistas que era un lugar de Camping, libre de tecnología, popular entre familias y bueno para conectar con la naturaleza, pero no podía detenerme, debía de continuar.

Y como si la suerte no estuviese de mi lado, después de dos horas empezó a llover.

─Maldición... ─exclama mientras apresura el paso buscando algún lugar para quedarse.

Después de correr bajo la lluvia y tropezar unas 4 veces, observé una casa que parecía no estar habitada. De igual forma, toqué la puerta y después unos minutos en los que nadie abría, decidí entrar.

─Está abierta... ─murmura─ Permiso... ¿Hay alguien aquí? Estoy de paso porque la lluvia me tomó de imprevisto ─dice en voz más alta para que lo puedan escuchar─ ¿Hola? ─vuelve a llamar, pero absolutamente nadie contesta.

Había dos opciones:
1. Los dueños de la casa salieron.
2. La casa estaba abandonada.

Y creo que es la segunda opción porque la cocina no tiene comida y las habitaciones no poseen pertenencias. La casa está completamente vacía.

─Mmm... Vaya... Ni un solo sofá dejaron ─suspira ante la terrible situación.

Me siento en el frío piso de la sala porque estar en una habitación solo me pondría los pelos de punta ante la horrible sensación.

Saco algo de comida que se había puesto fría y empiezo a comer. No me siento mal por robarle a mi padre, pero no me gusta hacer este tipo de cosas.

Después de terminar, guardo los restos y recuesto mi cabeza en la pared. De un momento a otro, me dormí escuchando la lluvia caer.

Después de unos minutos, volví a abrir los ojos y vi una sombra pasar rápidamente frente a mí haciéndome sobresaltar y volverme a acomodar. Algo adormilado, bostezo mientras me levanto.

─Uff, dejó de llover... aunque, ese cielo no me convence mucho, aún está lloviznando ─se estiro y mira a su alrededor.

Estar solo en una casa desconocida y abandonada mientras llueve no es nada lindo.

De repente, veo por el rabillo del ojo como en el pasillo hay alguien, pero no logro verle el rostro debido a la oscuridad del día. Con el miedo en mi garganta logro formular algunas palabras a duras penas.

─¿Hola? ¿E-Es el dueño de la casa? Estaba lloviendo y no supe a dónde ir, p-pero ya me voy, en serio ─dice con los nervios a flor de piel.

Aquella persona empezó a caminar lentamente hacia acá y por inercia yo retrocedí hasta topar con la pared cosa que acrecentó mis nervios, una vez que pude visualizar su apariencia la respiración se me cortó por un momento.

Era una sombra con forma de hombre, pero sus manos, específicamente sus dedos, tenían forma de largas cuchillas y de estás parecía gotear un líquido rojo mientras logro ver en lo que es su rostro, una sonrisa hecha del mismo líquido.

Cuando logro analizarlo bien, me percato que ese líquido rojo es sangre. ¿Cómo es eso posible? Las sombras no tienen sangre, a menos que... esa sangre no le pertenezca...

Abro los ojos como plato. No, no puede ser posible. Es... es imposible... una sombra no puede tocar a un humano... no pueden... pero, entonces... ¿Cómo...?

Un Secreto En La Sangre (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora