Dylan
Le tiendo un segundo el helado a Amy, me mira frunciendo el ceño y me río.
-Aguanta un momento -le digo divertido- ¿Eso de fruncir el ceño constantemente te viene de serie o algo? -ésta vez se ríe ella y coge mi helado con su mano libre- Es que lo haces constantemente.
-Manías mías supongo -dice en apenas un susurro y me quito la chaqueta- No me doy cuenta de que lo hago -le miro y cojo mi chaqueta para ponérsela sobre sus hombros- ¿Qué haces? -pregunta cuando se la coloco.
-Pues no hacerte caso -le informo- Porque me dices que no tienes frío pero estás temblando.
-Eso no es verdad -me reta seriamente.
-Claro -le miro con una sonrisa y le cojo de nuevo el helado- Si casi no puedo oírte hablar de lo que te castañean los dientes -se ríe levemente.
Hemos cogido un helado en una de las paraditas que hay en la plaza y hemos decidido dar una vuelta para así entrar un poco en calor porque sé que si nos quedamos sentados en un banco Amy acabará siendo un cubito de hielo. Sonrío ante la idea, la miro de reojo y veo como tiene las mejillas rojas, ¿siempre las tiene así? Es gracioso, pienso.
-¿Por qué pusiste mala cara cuando te llamé pequeñaja? -le pregunto y se ríe- ¿Qué?
-No me llamaste pequeñaja -me informa y ésta vez frunzo el ceño.
-¿Ah no? -pregunto y niega- ¿Pequeña? -le digo y se ríe negando con la cabeza. Me paso una mano por la barbilla pensativo, ¿cómo la llamé? Era algo parecido. Ah, ya sé- ¿Renacuaja? -le digo mirándola y se pone seria durante una milésima de segundo para después sonreírme- Ves -la señalo- Te ha sentado mal -sonríe levemente.
Se acerca un segundo el helado a sus labios para así poder tener tiempo de pensar en qué decirme mientras yo no puedo dejar de mirarla de reojo, ¿desde cuando me parece interesante el conocer a una persona? Nunca, creo que nunca.
-Así me llamaba mi hermano mayor -dice con nostalgia- Murió hace unos meses en un accidente de coche.
-Vaya -murmuro triste- No lo sabía -la miro y me sonríe.
-Es algo de lo que no me gusta hablar -admite y asiento.
-A mi tampoco me gustaba hablar de mi padre -le confieso y me mira. Me sonríe levemente y me señala un banco que hay indicándome que nos sentemos un rato. Asiento y nos acercamos a él. Se sienta de lado para mirarme y la imito- Pero... -me mira fijamente a los ojos y no sé por qué esos ojos azules me ponen demasiado nervioso- ¿sabes qué? -le pregunto y niega con la cabeza- Me di cuenta de que si dejaba de hablar de él era como no recordarle -me mira con ternura- Y a veces le echo tanto de menos que necesito recordarle para saber que realmente estuvo aquí -me sonríe- He dicho algo raro, ¿no?
-No -dice poniendo una de sus manos en mis piernas y siento como el corazón quiere salirme del pecho, ¿esto qué coño es? Le sonrío para que no piense que me ha afectado en lo más mínimo- Es muy bonito eso Dylan -sonríe levemente- Yo hace mucho que no hablo de él.
La miro fijamente y me muerdo el labio.
-Háblame de él entonces -niega con la cabeza- Pues no pienso irme de aquí hasta que me cuentes algo -digo divertido- Y deberías hacerme caso porque tengo yo las llaves del coche.
-¿Y? -me reta.
-Que no te irás -se ríe levemente y me quedo embobado mirándola.
-¿Qué pasa que siempre consigues lo que quieres? -pregunta y asiento, como si no lo supiera ella eso. Suspira y me tiende su helado- ¿Qué? -le pregunto.
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"Nadie en su sano juicio se enamoraría de alguien como yo..."
Romance¿Por qué alguien iba a quererme? O mejor dicho, ¿por qué alguien como él podría siquiera plantearse la idea de quererme? Estamos en un mundo que parece que tener buen corazón ya no sirve de nada si no eres bonita pero nada más lejos de la realidad...