Amy
Le miro fijamente al ver como me besa ambas manos para hacerlas entrar en calor. Me fijo en la forma en la que siento que me mira, como si no necesitara más, como si realmente ya lo tuviese todo. En cómo le brillan los ojos emocionado y como intenta esconder esa sonrisa bajo su nariz para fingir que no la tiene, esa misma sonrisa que podría enamorar a cualquiera de la misma forma que lo hizo y lo ha hecho conmigo. En esos labios que ahora están un poco más morados de lo normal por culpa del frío, esos mismos de los que podría tirarme colgada una vida en ellos. Una vida y me seguirían faltando seis más porque una me seguirá sabiendo a poco cuando se trata de él.
Acerco inconscientemente una de mis manos a sus labios y los resigo lentamente haciendo que su sonrisa se ensanche un poco más.
-Estás helada -susurra y sonrío.
-Tú también -le digo y me muerde levemente el dedo haciendo que lo aparte para darle un tortazo- Eres idiota -confieso y le escucho reír.
-Ajá -dice divertido y me coge por la cintura pillándome desprevenida para subirme encima de la encimera de la cocina- Cuéntame más -dice coqueto.
-Quita esa cara de si te miro así lo consigo todo porque no vamos a irnos -digo y hace un puchero con los labios.
-Cómo me conoces -susurra y apoya ambas manos en mis piernas.
-Más de lo que te gustaría -admito y me sonríe.
-Más de lo que nadie me conoce -dice con total sinceridad.
-¿Tú crees? -le pregunto curiosa y asiente.
Noto una de sus manos en mi rostro apartándome un poco el pelo y me fijo en lo delicado que es cuando se trata de mi y en lo poco que le importa el resto del mundo. Sonrío inconscientemente y me pilla haciéndolo.
-¿Qué? -pregunta curioso.
-Nada -susurro nerviosa- Solo que te quiero -digo sonriendo por la vergüenza. Nos miramos ambos unos segundos y noto su aliento muy cerca. Roza su nariz con la mía como avisándome de lo que me espera, haciéndose esperar tan solo para que le bese yo. Me muerdo el labio pero no me deja hacerlo mucho tiempo porque acaba acercándose él. Noto sus labios encima de los míos y aunque la mayoría de las veces intenta ser delicado conmigo, ésta vez no le dejo. Mi lengua busca a la suya como si realmente la hubiese echado en falta. Nuestros alientos se mezclan y noto sus manos rodeando mi cintura tan solo para acercarme un poco más como si eso fuera posible. Le rodeo la cintura con mis piernas y juego con su pelo mientras le beso.
Pasan los segundos aunque parecen minutos y se hace presente la falta de aire. Se separa levemente de mi y apoya su frente sobre la mía.
-Vaya- susurra él esta vez- ya noto cómo me quieres -dice picándome y sonrío.
-Tonto -pronuncio encima de sus labios. Sonrío encima de sus labios dispuesta a besarle de nuevo pero oímos una tos. Seguimos como estábamos pero ambos nos giramos hacía Jake.
-No es por interrumpiros pero os voy a interrumpir -dice divertido- ¿Acaso no habéis oído el timbre? -pregunta curioso- El repartidor debe de estar congelándose -dice y me río- Además Amy si quieres montártelo con Dylan en mi cocina quizás deberías pedirme permiso, ¿no crees?
-Dios, le mato -susurro aún cerca de Dylan.
-No nena, tranquila -me dice dejándome en el suelo- de eso ya me encargo yo -dice haciéndome reír- ¿quieres que sea una muerte lenta y dolorosa? -pregunta.
-Me parece bien -digo divertida.
-¿Y tú te haces llamar mejor amiga? -dice Jake acercándose a la puerta.
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"Nadie en su sano juicio se enamoraría de alguien como yo..."
Romance¿Por qué alguien iba a quererme? O mejor dicho, ¿por qué alguien como él podría siquiera plantearse la idea de quererme? Estamos en un mundo que parece que tener buen corazón ya no sirve de nada si no eres bonita pero nada más lejos de la realidad...