"Nadie en su sano juicio se enamoraría de alguien como yo..."

Muchas primeras veces contigo.

Amy

-Mamá si necesitas algo estaremos arriba -le dice Dylan a su madre una vez que la ha ayudado a tumbarse en el sofá. Se le acerca a besarle el pelo y al verlo siento que se me hincha el corazón y una parte de mi quiere derretirse ante tal momento. Me muerdo el labio intentado evitar sonreír. Dylan se gira y me ve parada en el umbral de la puerta. Me sonríe y se acerca a mi, me coge de la mano pillándome desprevenida y veo que me sonríe. 

-Espera -le susurro cuando siento que tira de mi para que subamos al piso de arriba- Susan -le digo y su madre me mira- Te tomo la palabra para quedar y hacer las galletas juntas -le digo y me sonríe.

-Cuando tú quieras -me dice con ternura y asiento- No tienes que pedir permiso para venir cariño -dice provocando que me emocione- es tu casa también cielo -asiento con una sonrisa inmensa en los labios y miro de reojo a Dylan que también sonríe.

-¿Vamos? -me susurra y asiento. Entrelaza sus dedos con los míos y no puedo evitar fijarme en lo grande que es su mano en comparación a la mía; tan delicada y frágil. Le sigo escaleras arriba y se gira un par de veces a sonreírme. 

Se acerca a una de las puertas del pasillo y la abre dejándome pasar a mi primero. Me fijo en cada detalle; hay una cama grande de matrimonio con unas sábanas de color azul cielo. Las paredes estarían vacías si no fuese por alguno de los cuadros que estoy segura que ha puesto su madre. Tiene un escritorio con una montaña de libros y unas fotos enganchadas en un corcho. Decido acercarme a ellas y sonrío al ver a Dylan y Jake en alguna de ellas. La cojo sin pedir permiso y sonrío más al verla de cerca, cómo han crecido, pienso.

Noto unas manos en mi cintura y aunque al principio me sobre salto, me calmo al saber que son de Dylan.

-Hace bastantes años que nos conocemos ya -me explica y ladeo la cabeza para mirarle.

-Habéis cambiado mucho -susurro y le escucho reír levemente.

-Para mejor -dice haciéndose el chulito, ruedo los ojos y sonrío.

-Sobre todo Jake -dicho chinchándole- Tú no tanto -me río- Sigues igual de insoportable y feo -admito y noto como me abraza aún más fuerte mientras apoya su barbilla en mi hombro derecho.

-Si fuese feo ni estarías aquí -dice y veo que sonríe- Y si fuese insoportable aún menos así que no seas tan mentirosa.

-He venido por tu madre -digo picándome con él y le escucho reír.

-Ya te gustaría ya -dice y dejo la foto en su sitio. Me giro entre sus brazos y apoyo mis manos en su pecho. Le miro fijamente y le sonrío- ¿Qué?

-Me lo imaginaba diferente -le digo y frunce el ceño porque no me entiende. Me río ante su cara de confusión y me pongo de puntillas para besarle la frente y borrar ese ceño. Le veo sonreír.

-¿El qué? -me pregunta y acerco mis manos para jugar con su pelo.

-Tu habitación -veo como sonríe con los ojos cerrados- Tu madre -le explico- Y sobre todo tú.

-¿Por qué? -pregunta y abre los ojos para mirarme fijamente poniéndome nerviosa. Hago un gesto de indiferencia con los hombros y se ríe. Me muerdo el labio y tira de mi hasta que él se encuentra sentado encima de la cama y yo -aunque al principio dudo- me acabo sentando a horcajadas- Si lo sabes -me reta y sigo jugando con su pelo. 

-Me imaginaba tu habitación más desordenada, no sé -le explico- No te pega el color azul -le miro fijamente- Eres más de pósters en la pared y no de cuadros bonitos como ese -lo señalo y se ríe.