Gilipollas...

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Dylan


Me apoyo en mi moto para esperar a Karen que no tiene que tardar mucho en salir. Miro mi reloj de la muñeca, en quince minutos debería estar aquí. Saco el paquete de cigarrillos del bolsillo de mi chaqueta de cuero y me acerco uno a los labios para luego encenderlo. Me paso una mano por mi pelo para apartármelo de la frente, quizás debería cortármelo pero a las chicas les gusta así cosa que no debería importarme si tengo chica pero quien me conoce ya sabe como van aquí las cosas. Cuando me canso de ti, ya sabes donde encontrar la puerta pero Karen sabe como hacerse necesitar.


"Lo que te pasa es que te vienen bien un par de polvos de vez en cuando" me dice una vocecita, mi conciencia que parece que es la única que me incordia últimamente y me dice las cosas como son.


Realmente la única razón para estar aquí como un capullo esperando a Karen es porque sé que tiene la casa sola sino ya me habría ido hace bastante rato. Su compañía a veces es asfixiante, no tiene tema de conversación y si lo tiene ya te diré cuales son: el primero, qué color de pinta uñas le sienta mejor y el segundo, la infinidad de ropa que le gusta comprarse. No quiero hablar mal de ella pero a veces me replanteo si de verdad me vale la pena tener que soportar eso para poder llevármela a la cama pero... sí. Supongo que sí. Sonrío al pensar en que si mi madre me escuchara hablar así de una chica me pegaría una bofetada; ella siempre me ha enseñado como hay que tratar a una chica, cómo hay que cuidarla y sobre todo protegerla pero con Karen no me sale. Bueno... ni con ella ni con ninguna. No soy el típico chico que cree en corazones y flores ni nada por el estilo, nunca he sentido algo así. Solo creo en la atracción entre un hombre y una mujer, lo placentero que puede llegar a ser y en nada más. Supongo que también se debe a porque nadie me ha llamado tanto la atención ni tampoco he dejado que vayan más allá de mi habitación pero es así como funciono. Y eso lo saben todas, de hecho muchas veces lo he intentado con algunas tías de la universidad que me han dado largas por el simple hecho de que saben a lo que voy y quieren ahorrarse un corazón roto.


Se escucha el timbre de salida despertándome de mis pensamientos y veo a Jake, mi mejor amigo, acercándose a mi. Me saluda como siempre chocando su mano con la mía para luego darme un medio abrazo.


-¿Qué pasa tío? -le pregunto.


-¿Te vienes? -me dice y frunzo el ceño sin entenderle- He quedado con Amy para estudiar en la biblioteca.


-¿Amy? -pregunto sin saber quién es.


-Mi mejor amiga -me mira mal- Acabas de demostrarme que no me escuchas cuando te hablo.


-Puede -digo sonriéndole- Pero paso -le digo refiriéndome al plan que acaba de proponerme.


-Deberías -me ofrece- Si suspendes este examen vas a suspender la asignatura.


-Pues igual que tú -le digo divertido.


-Pero yo al menos voy a estudiar no como tú que dejas colgado a tu mejor amigo por un polvo -me riñe- ¿Donde está el código de mejores amigos? -me río- Colegas antes que tías -dice totalmente serio.

"Nadie en su sano juicio se enamoraría de alguien como yo..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora