Amy
Me quedo sorprendida ante sus palabras; ¿yo la primera? Una parte de mi se emociona pero otra parte tiene miedo porque puede que para mi eso signifique mucho y para él simplemente sea otra cosa más, que no sea nada importante, ¿sabes? Ser la primera en algo con él, me encanta, aunque sea esa simple tontería. Cualquier cosa con él para mi lo es todo y más después de tantos meses tras él imaginándome y creyéndome que algún día podría fijarse en mi y fíjate tú que ahora somos amigos. Amigos. Qué bonita palabra y dolorosa a la vez. Bonita porque al menos le tengo, dolorosa porque no le tengo como me gustaría tenerle; ¿me explico?
Giro mi cara y le miro mientras conduce, se le ve concentrado y eso me hace sonreír. Me muerdo el labio mirándole, ojalá y nunca se acabase el trayecto hasta casa... me quedaría aquí hablando toda la noche con él. Se gira y me pilla mirándole cosa que hace que me sonroje, como siempre.
–Ya tardabas en hacerlo –me dice y le miro sin entenderle– Lo de sonrojarte digo –me explica y se ríe.
–No te metas conmigo –le riño y se ríe.
–No me meto contigo –se defiende divertido– Solo que ninguna de las chicas con las que he salido se sonrojaba como lo haces tú.
Amy, me digo, tranquila. "Chicas con las que he salido" me repito, ¿salir en qué sentido? Esto no es una cita, ¿no? No, ¿no? Claro que no, me digo a mi misma.
Le miro y le sonrío.
–¿Podremos quedar mañana? –me pregunta y frunzo el ceño.
–Te he dicho que tengo que trabajar Dylan.
–Lo sé pero, ¿todo el día? –pregunta curioso y niego con la cabeza– Entonces podemos quedar para estudiar –me suplica tras el volante– Sabes que voy fatal y tú eres... –se hace el pensativo mientras sonríe– eres la mejor en esto –me mira unos segundos para ponerme cara de pena y así convencerme, lo que él no sabe es que hace rato que ya me ha convencido– por favor... –
Me río negando con la cabeza y le escucho reír.
–¿En tu casa o en la mía? –le pregunto y nada más decirlo y escucharle reír me doy cuenta de que le ha dado un doble sentido a la frase. Bien, Amy, bien. Intento no reírme pero escucharle a él reír me da la vida, me la da demasiado para conocerle tan poco.
–Vaya, Amy –dice divertido y me mira– No sabía que querías ir tan rápido conmigo –admite y le doy un leve puñetazo en el hombro– Me siento acosado en estos momentos pero en la tuya estará bien –me mira con una sonrisa en los labios y suspiro frustrada– Eh... –dice mientras que pone una de sus manos encima de mi pierna poniéndome nerviosa. Le miro y me sonríe– Era broma, ¿lo sabes no? –asiento sonriendo– No es que me meta contigo y quería aclararlo pero me gusta picarte.
–Ya lo veo ya –digo divertida y se pasa una mano por el pelo y pf, ojalá y pudiera pasar una de mis manos por ese pelo que tanto me encanta.
ESTÁS LEYENDO
"Nadie en su sano juicio se enamoraría de alguien como yo..."
רומנטיקה¿Por qué alguien iba a quererme? O mejor dicho, ¿por qué alguien como él podría siquiera plantearse la idea de quererme? Estamos en un mundo que parece que tener buen corazón ya no sirve de nada si no eres bonita pero nada más lejos de la realidad...