Reencarnada en una Miserable Vol.2

Capítulo 002xØØ1. Horizonte {} Dextra

¿Quién ha apagado la luz? ¿Por qué todo está en tinieblas? Pensaba que ya todo había concluido y al fin me hallaba descansando en paz. Mis aventuras deberían haber llegado a su fin, pero no, aquí me encontraba... ¿Dónde estaba? La pregunta que me formulaba a mí misma no recibía respuesta a pesar de que en lo profundo de mi ser lo sabía.

Pese a examinar detenidamente mis alrededores, no veía nada ni nadie, por no decir, no había ni algo que se pudiese llamar sitio; por más que avanzaba en dirección alguna, no llegaba a ningún lugar. Solo un negruzco horizonte sin superficie, tacto, sonidos y fragancia... En ese lugar únicamente percibía dos sensaciones; un frío gélido recorriendo todo mi cuerpo y un insondable vacío.

Decidí detenerme en aquella negrura tras mi errante pasear al azar. ¡Un momento! ¿Cómo en esta tenebrosa nada era capaz de distinguir mi cuerpo? Tenía el cuerpo de una muchacha de dieciocho años, o al menos el físico de una gineforme silueta adulta cuando desaparecí y me zambullí en la nada... ¿Me tenía que sorprender por haber regresado a mi yo mediagashem de ocho años? No, para nada era extraño, pues la única explicación lógica fue una angustiosa réplica que procedía de mi misma.

Había muerto otra vez debido a mi altivez y sed insaciable de conocimiento. ¿Sería posible que aún estuviese en esa caravana de dos cadáveres inmóviles? Quizás...

Mi enorme error fue no situarme por encima de los demás, porque traté de salvar a las personas que pude para tan solo conseguir un resultado infructuoso. En su momento no escuché las advertencias de la joven Kala sobre mí, la mediagashem que aparecía y desaparecía, que se sumergía en un sueño intermitente y solo despertaba de vez en cuando. Kala cayó en la trampa de su padre, quien a su vez fue víctima de la tiranía del Estado en el mundo al que yo pertenecí en el pasado de otra vida.

Como una novela distópica de ciencia-ficción, compañías con el control de países maquinaron una conspiración para avivar el fin del planeta y asegurarse el dominio de todo y todos tras él, así como una solución que residía en huir hacia adelante hasta otro mundo donde exportarían la misma bosta hasta, posiblemente, completar la misión y volver a empezar el ciclo en otro lugar mediante esta u otra tecnología.

Gracias a algunas prácticas y trabajos, investigaciones de ciencia Histórica y sociología en general, sabía que quien ostentaba el poder o la élite social era invariablemente la misma; el envoltorio o sistema podía cambiar, pero al final siempre se ubicaban las mismas familias en la cúspide de las nuevas jerarquías sociales... Esto es, los apellidos del político que gobernaba o los que portaba el dueño de empresas multinacionales rara vez variaban.

Si en la Prehistoria hay quienes manejan la teoría de sustitución de población, que explica la preservación de una sola especie humana frente al resto a través del sometimiento y la monopolización de hábitats y recursos, en la sociedad moderna sucedía algo similar; los descendientes de los de siempre sobrevivían a costa de parasitar sofisticadamente al resto, quienes, en el mejor de los casos, solo se morían en la marginalidad y el silencio.

No me gustaba caminar por este nada al que yo atribuía el lugar al que se marchaba cuando descansabas en paz de forma definitiva... Ya no tenía sentido seguir hacia ninguna parte en la inmensidad de ningún sitio. Me senté sobre mi pequeño trasero en una superficie inexistente y solo empecé a llorar, donde mis gemidos tristes no alcanzaban a nadie.

De nuevo, deseé regresar a mi hogar, mi verdadero espacio-tiempo, donde estaban Bianca, Almyra y mis hermanas. Si alguna vez me atrevía a expresarlo con palabras, diría que la torpe en esta historia era yo. En un mundo donde la peligrosa magia se manifestaba de alguna forma, solo la más tonta de todos se habría dedicado a investigar libros y notas repletos de poderosos hechizos olvidados.