Reencarnada en una Miserable Vol.2

Capítulo 2x^000.2: Cidade de Deus II

**Año -x0?, El Empíreo [P10] (Zión).**
Seguí a la demonio asexual y alada llamada Astoreth hasta su escondite hallado en medio de unas callejuelas irregulares y distintas al resto del Empíreo de Zión. Como en mi imaginación, esta caída alada parecía que vivía en algún cubil encontrado dentro de una especie de edificio de varias plantas que se semejaba a vista de historiadora a una "insula" de la Antigua Roma. Esta alta construcción delante mía estaba rodeada por otras más similares que variaban en altura, pero a su vez compartían el aspecto tosco de ladrillo rojo sin enlucido contra los elementos.

¿Dónde habían conseguido los ladrillos? ¿Tenían tecnología para manufacturarlos? Estos seres alados eran una analogía a la Roma Imperial, pero culturalmente tenían un patrón mixto entre paleocristianismo y lo teológico romano, que a su vez bebía de la cultura griega tal como el Imperio terrícola; si forzaba algún nexo histórico y omitía el que todo hubiese venido por influencia exterior (en este caso, sería que alguien de la Tierra los hubiese contaminado culturalmente, ya sea en el pasado o en el presente), solo me quedaba la respuesta que señalaba a una especie de hurto cultural semejante al que sucedió en la Tierra. Esto es, los Alumbrados habían conquistado de una forma u otra (probablemente, mediante la fuerza y "lavados de cerebro" con excesos de magia luminosa) a las especies minoritarias de la arcaica Índass, pero en lugar de imponer su propia cultura y religión tal como lo hizo posteriormente la Iglesia, optaron por la apropiación de la ajena, y posiblemente, la retorcieron a su favor y objetivos tal como sí hizo la institución nombrada a través de los santos y santas variadas (en origen eran deidades "paganas" asimiladas).

Esta explicación tenía sentido con las ondinas y demás personas de tierra firme, pero no se podía aplicar del todo a quienes disfrutaban los lujos de Zión y estos seres afines a la propiedad luz, es decir, aquellas personas inmunes a la magia de dicha propiedad como quizás yo también lo era (¿lo sería Bianca por la "Unión"?). Las gentes de la superficie habían perdido su identidad individual como seres inteligentes, quizás ya no tenían conciencia propia y eran meras muñecas (cosas) en manos de un titiritero carpintero o Gepetto "autotitulado" Dios llamado Heman; existían excepciones, es verdad, como Thalássia y las demás que por naturaleza disponían de mayor maná, alguna anomalía (la "Unión" que hizo con Aitheria la habría acercado al elemento luz) o algo más que se me escapaba a la explicación, puede que algún tipo de irregularidad biológica o de "ánima" (una elfa no afín a ningún elemento mágico como Almyra o una con sangre gashem relacionada con la luz son solo unos ejemplos reales).

Repasando la información de la que disponía, esos seres análogos a ángeles como Astoreth no necesitaban dormir, comer, decidían su físico y resultaban ser eternos en tiempo límite de vida; su sociedad estaba basada en el prestigio familiar y no de sangre, después de todo, Aitheria ya me advirtió que nacían en la naturaleza y de ella (puede que de alguna planta o algo así). Lo más importante para estas personas era la popularidad, la fama y su influencia sobre sus demás iguales, básicamente era como una versión bizarra de la plutocracia o el capitalismo más salvaje terrícola contemporáneo, solo que esta vez, la materia en la cual giraba todo era más metafísica que tangible y material... Más complicada de tratar (hacer que colapse una sociedad del dinero es más sencillo que hacer caer otra con otro tipo de principal valor; por ejemplo, habría sido más sencillo hacer colapsar por sí misma la sociedad primermundista terrícola del siglo XXI que la del siglo XVI), todo unido a que constantemente, técnicamente se traicionaban entre ellos a sabiendas como un "modus vivendi".

Parada delante de la "insula" no tan lujosa y en aquella maltrecha calle pensé seriamente acerca de mi hipótesis sobre la sociedad estructurada y funcional como colmena. La cúspide, en este caso, Heman, era la "abeja reina" a la que todas las demás obedecían sin cuestionar, entonces... ¿Por qué Astoreth tenía la intención de usurpar su lugar? Eso no encajaba para nada, después de todo, mi vida como terrícola concluyó y este mundo se regía por algunas leyes naturales distintas, también hubiese sido surrealista y algo anticientífico pensar en que había un "algo" (o alguien) que conectaba la historia de la Tierra con la de este mundo; no importaba cómo lo mirase, lo más probable era que todo fuese una trampa.