Capítulo 2x+000.1: Horizonte Máscero I

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**Año -x0?, ινδασσ.**
Unas gráciles manitas me portaron por los aires y me dejaron tras las aguas de la gran catarata que descendía al abismo, para después cruzar a toda velocidad un pasaje escondido detrás de las verticales aguas dejando a mi vista la espuma que se formaba al fondo de estas. Probablemente, ellas dos no serían capaces de observar el oscuro escenario, pues suponía que fue algo solo capaz de una persona que tenía una mejor vista en entornos faltos de iluminación.

¿Ellas dos? Sí, me hallaba sobre un saliente rocoso ubicado tras la catarata que tenía origen en la misma Atlantis. No era de gran tamaño, pero sí lo suficiente como para albergar una mínima "cabaña" fabricada desde su basamento hasta la techumbre de losas albas de exactas medidas, dándole en conjunto una apariencia perfectamente ortogonal. En otras palabras, se semejaba más a un pequeño templo romano o un edificio de arquitectura civil neoclásico, puede que con imaginación, a un cubo de rubik de un uniforme color.

Se escuchaba con mayor estrépito el fluir y el impacto de las aguas que traía la cascada; era arriesgado tocar mínimamente aquél líquido que portaba la fuerza de la gravedad (o lo equivalente en este mundo) que creaba la ilusión de un indestructible y natural muro translúcido. Dejé de observar los objetos inertes para centrarme en la nereida llamada Thalássia y en su acompañante de análoga edad. Esta niña se veía como "una" ángel; peliblanca, ojos como el mío robado por la luz, tez más blanquecina que la mía propia y unas facciones faciales que se acercaban más a un simplificado dibujo agradable, que a una fotografía o una pintura ultrarealista.

En estatura no era mayor que yo, pero era un poco más alta que Thalássia, mientras tanto, tenía el peso adecuado para su supuesta infante edad, algo que me llamó la atención por cuál era la situación y el contexto en el que habría vivido la pequeña. No obstante, lo más importante eran las dos partes de un cuerpo no-antropoforme que sobresalían de su espalda; más allá del corto camisón blanco que parecía tejido con material luminiscente blanquecino (¿o era algún hechizo mágico bastante útil? Podía ver su forma con mi visión de mediagashem) de bordados dorados, efectivamente, allí estaban unas alas de plumas blancas. A diferencia de las sirenas que yo conocía, ella las tenía completamente pálidas y carentes de coloración.

Intuí que la niña alada presente era la persona que la nereida me comentó, y por cómo se miraban, era obvio que eran algo más que conocidas o amigas. Ya había sospechado que Thalássia ocultaba "algo" que la hacía disímil a las demás de su culto a Anfítrite, pues dicha sí que llegaba en el fondo a cuestionar la voz de la falsa diosa; sus miradas... Las reconocí por cómo me había visto Bianca tras el incidente de Aoli, y probablemente, la que yo tuviese con esta.
-Aquí afuera hace frío, vamos a dentro. -Dijo la niña alada a través de una voz ¿angelical? Su tono la haría una cantante prometedora, es más, se parecía demasiado a la mía... Al menos, para reconocerla como rival musical en caso de haber sido artistas asiáticas "idol" terrícolas-.
-Sí, vamos, que a este paso me voy a congelar. -Hubiese sido un mal chiste si no hubiesen sido palabras vocalizadas por una especie inteligente cuya composición corporal, me atrevía a decir, era 99.99% agua (¿0.1% maná y "alma"?) No fue solo eso, lo más importante resultó ser la actitud opuesta de Thalássia; hasta el momento se había comportado como una persona introvertida y tímida, no obstante, en presencia de la nueva alada fue todo lo contrario-.

No dije nada y simplemente les seguí la corriente. La supuesta casa de la niña-ángel no difería de austera decoración, por lo tanto, en resumidas cuentas era símil a una construcción prefabricada de las que los líderes humanos corruptos ubicaban para sustituir a edificios de acero y ladrillo estándares que se salían de presupuesto (claro, no les alcanzaba el honorario de los impuestos para colocar la ducha en su despacho), como era el caso de escuelas públicas.

Reencarnada en una Miserable Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora