Capítulo 2x^000.1: Cidade de Deus I

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**Año -x0?, El Empíreo [P10] (Zión).**
Hice trampa, sí, así es y lo reconozco. No rellené ninguna solicitud, ni siquiera telefoneé al máximo responsable y pedir un permiso especial, tan solo accedí de forma ilícita a un espacio privado de un personaje VIP; si esto fuese un videojuego, yo habría accedido a la última fase (o pantalla). Ya estaba en la flotante Zión, concretamente, en el terminal nivel de la "Ciudad de Dios".

No era mi primera visita a este hábitat de "alumbrados" (aparentemente, físicamente y asexualmente "ángeles"), el cual se hallaba navegando sobre un mar de tormentosas nubes negras cargadas de aguas. Probablemente, a razón de existir en un mundo donde las leyes naturales no funcionarían tan similares a las terrestres, podría decir que me encontraba en un punto al que llamar Estratosfera.

Me hallaba sin permiso en el Santuario de Heman, siendo más concreta, cerca del altar donde hacía poco tiempo había visto una escena no apta para todos los públicos. El entorno no había cambiado nada; seguía la arquitectura con un aire entre lo clasicista y neoclasicista. Bueno, sí que advertía alguna diferencia, pues el dueño (o dueña, o ángel... ¿Deidad? ¿Cosa?) a cargo no estaba presente, pero como la otra vez, la ausencia absoluta de guardias o de algún sistema de seguridad reconocible resultaba patente, pues no pude ver ninguna masa de maná "mueble" con mi visión gashem.

Era irresponsable dejar desprovisto de seguridad el lugar más importante, pero, si lo pensaba mejor, hasta aquello tenía su lógica; si consideraba el Santuario de Heman como su hogar, es decir, su propiedad privada, y el mismo concepto de "propiedad privada" fuese efectivo y reconocible (al menos, muy cercano al terrícola) entre los habitantes de esta cultura no-sapiens... No, mejor aún, algo del tipo secreto de Estado donde solamente fuese conocido por dos o tres personas; esto respondía la pregunta de por qué ocultar esta puerta trasera de acceso y salida a Zión.

Por lo que Aitheria me explicó, supuse que en una sociedad tan fuertemente jerarquizada como era Zión (incluso siendo totalmente poblada por personas consideradas como la élite, incluso dentro de cada clase social o/y estamental existían subcategorías, que a su vez se reducían a más en niveles dinásticos o familiares), la cual era similar y casi análoga a la antigua romana con el añadido de la importancia de la reputación en lo público (aquello indicaba en qué escalón te ubicabas), hubiese sido un escándalo que la persona con mayor rango estuviese teniendo algo tan discutible como una vía de huida para sí mismo.

Digamos que "ocurría" un incidente catastrófico y deben de evacuar toda la "flotante isla", ¿quién tendría mayores posibilidades de salvarse? He aquí la respuesta, es como en el Titanic por hundirse. Yendo más allá de algo provocado por razones de fuerza mayor, es como ponerse medallas sobre eventos desafortunados que podrían darse a conocer, que más tarde ocurrirían muy probablemente de forma "accidental" (o inducida) de forma tal dicha por la persona que "predijo" o/y avisó con antelación (es un malévolo pensamiento que solo personas como yo tendrían; "piensa mal y acertarás").

Por supuesto, estaba la otra variante, donde una persona sabía que algo pésimo ocurriría, pero se lo callaría (o sería silenciada por terceros) y se lo reservaría a sí misma, para así y cuando llegue el momento, asegurarse su salvación en detrimento del fin de las demás... Pensándolo bien, independientemente de la respuesta correcta al por qué de un teletransportador mágico extraoficial, podría usarlo como baza para negociar con Heman dentro del catálogo de "formas no ortodoxas". Aquello era su secreto de Estado; tal como en la Antigua Roma descubrieron "el secreto", y de ahí, la reputación de la guardia pretoriana como hacedores de emperadores.

Primero de todo, tenía que reunir información más detallada sobre Zión, la cultura de estos seres alados autonombrados como alumbrados, y sobre todo, los asuntos turbios que tenían entre manos, los cuales podrían ser motivo de denuncia por su propia ley entre el mismo colectivo para hacer que colapse su gobierno de forma autodestructiva. Pero principalmente, cumplía o no completamente ese primer objetivo, iba a sacar de aquí a Aitheria; no solo un juramento, sino fui yo misma quien la usó como pieza en este juego que yo me había propuesto desmontar y ganar por defecto.

Reencarnada en una Miserable Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora