[Año -x0?, El Empíreo [P Minus I] (Zión)]
En definitiva, yo albergaba las condiciones necesarias para convertirme en el blanco de este mundo; no solamente parecían verse pésimos los y las mestizas en este mundo donde lo racial y familiar era lo más importante, sino, ¿cómo tratarías a una teórica triple-mestiza? Si las primeras las arrojas al lodo o les recortas derechos, las segundas directamente las quemarías en alguna hoguera por brujas.
Por cierto, Bianca debía de ser también una triple híbrida, o algo más, pues Aoli la expuso a un poco de maná en aquella cápsula y le había hecho modificaciones dolorosas físicas. ¿Sería capaz de revertir el proceso si memorizaba el diseño original de estas? Improbable, la alumbrada líder ya señaló que esa posibilidad era imposible conmigo por el sello grabado en la carne de mi espalda, la cual otra mitad la tenía la misma Bianca... Además, podría acabar en tragedia como ya había comprobado, la magia no era algo con lo que jugar.
-Digamos que hipotéticamente hablando, cedo mi posición en este tema y a cambio de cierta negociación acepto ser alguien que controle este mundo. ¿Qué garantía tengo de que me estés diciendo la verdad y no camelando con falacias? O peor aún... ¿Y si me estás informando a medias? "La mejor mentira requiere de una dosis de verdad", "la óptima falacia es aquella que solo omite parte de la verdad". -En realidad no iba a ceder; ya era doblemente importante en mi tiempo, y es en este tiempo pasado, terminé por convertirme en la líder de una secta de antropomorfas gineformes con características pisciformes (cargo que anulé prohibiendo el mismo culto, quizás, similar a lo que hizo cierto Papa con la diversidad de religiones a través del título de Pontifex Maximus)-.
Como para ser la nueva diosa... Sería hipócrita por mi parte tenerle ganas a Nosequé y que me transforme en algo análogo que controlase toda existencia a través de un falso libre albedrío.
-Para ser la Ondina Mayor, ser incrédula te favorece ¿o te es un impedimento? ¿Quieres alguna prueba o garantía? ¿Qué deseas? Puedes pedirme cualquier cosa, ¿un gran barco mercante lleno de ánforas de aceite o trigo de primerísima calidad? ¿Un suministro ilimitado de estos para alimentar a tus fieles sacerdotisas? -Una regla de oro no escrita para salir ganando en diplomacia trataba el desplazar la oposición a tu terreno, esto es, enseñarle un queso a la rata y dejar que esta por sí sola fuese directa al cepo impregnado de venenos. En consecuencia, metafóricamente hablando, la Heman se levantó de su trono mental y se acercó a mi tambaleante silla de aglomerado industrial de pésima calidad-.
-Sí... en eso no te equivocas, ser tan desconfiada e incrédula sobre lo que dicen los demás me es una gran problemática psicológica, eso ya es algo que tengo aceptado y reconocido de otra vida. ¿De veras me ofreces cualquier cosa? ¿Solo una? Ahora no te retractes de tu palabra, Diosa y Resurgida de Zión. ¿Me oyes bien? Quiero que me des posesión plena de Aitheria a cambio de gobernar este mundo contigo como una igual con derecho de veto sobre tus decisiones. -Mi actuación no era distinta a cómo Odiseo y Eneas engañaron al cíclope Polifemo, después de todo, Aitheria era la losa clave en un arco, dicho de otra forma, si mi contraria no la tenía, todo se iba al garete-.
Era un experimento fallido, pero incluso Heman la tratase como una cosa, estaba segura de que habría formado lazos invisibles con ella más allá de sus pretensiones iniciales, pues de otra forma no la habría sustentado en el exilio. La Heman le había tomado cariño como una madre a su hija, y si yo me negaba, también su ardid de la nueva diosa se zanjaba antes de encentar, esto es, sin mi cegadora luz de Alumbrada (elemento luz), ella no tendría nada que hacer.
-...Así es, ¿es lo que quieres? ¿Ondina Mayor Schneewittchen? Toma a Aitheria y cuídala de mi parte. -La arcángel vaciló por un momento ante mi proposición. Sorpresivamente, esta Resurgida vestal de otro mundo y líder sobreviviente de una especie en peligro de extinción accedió ante mi desequilibrada proposición de negocio. ¿Cuidarla? Por supuesto que sí, junto a su esposa, o al menos, dejarlas en un mundo que sí las acepte y no las niegue como mi caso-.
ESTÁS LEYENDO
Reencarnada en una Miserable Vol.2
FantasyUna chica de diecisiete años con problemas emocionales sufre un gran revés cuando se ve envuelta en un triángulo amoroso y cierto incidente que provoca su fallecimiento. Deseó morir, deseó desaparecer, pero... ¿Por qué se acuerda de quién era? ¿Una...