—¿Te gusta estar aquí, Lucian?—le pregunto y el pequeño lo piensa unos segundos antes de asentir—¿Seguro? ¿No te gustaría ir a otro lado...?
—Estoy bien aquí—responde y asiento acariciando su cabello—. ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Por supuesto, dime
—¿Cómo es mi padre?—me pregunta y respiro profundo dándole una pequeña sonrisa
—Bueno, tu padre...
—El pequeño debe ir a la cama—me interrumpe la voz de Ali y aprieto los labios—. Órdenes del líder
—Bien, hablaremos luego—le aseguro a Lucian y me inclino dejando un beso en su cabeza—. Ve a dormir, buenas noches.
Me da una pequeña sonrisa antes de levantarse y pasar a un lado de Ali dándole un pequeño asentimiento seguido de un "buenas noches"
Miro a Ali y enarco una ceja al notar que ya estaba mirándome; su mirada va desde mis ojos hasta mis labios bajando por mis pechos hasta mis piernas y cierra los ojos exhalando lentamente
—¿Entrarás o te quedas ahí?—pregunto apoyando mis manos en la cama y él abre sus ojos antes de pasar y cerrar la puerta con seguro
Me levanto de la cama y me acerco a él poniendo mis manos en su pecho mientras me mira a la expectativa.
Sus manos aprietan mi cintura antes de inclinarse y unir nuestros labios en un beso lento y húmedo que me eriza la piel mientras me acerca más a su pecho dónde puedo sentir su corazón latir con rapidez bajo la palma de mi mano
Su lengua juega con la mía mientras sus manos se toman el trabajo de recorrer mi cuerpo como si estuviera desesperado por sentirme
Me obliga a retroceder hasta que la cama toca mis piernas y se aparta mirándome fijamente, dejándome notar su respiración agitada y sus pupilas dilatadas.
Extiende su mano pasándola por el escote de mi blusa y intento calmar mi respiración mientras su suave tacto recorre mi piel casi haciéndome suspirar.
Engancha la tela en sus dedos antes de tirar de ella rasgándola. Jadeo sorprendida ante su acto y se lame los labios al ver mis pechos y abdomen desnudos.
Sus manos acunan mis pechos mirándome con un deseo ardiente en sus ojos que me calienta y gimo cuando magrea mis pechos que no caben completamente en sus manos.
Sus pulgares rozan mis pezones acariciando y presionando mientras mi respiración agitada delata lo ansiosa que estoy y lo mucho que disfruto de todo esto.
Se inclina y deja un beso en mi mejilla quedándose ahí un par de segundos, respirando profundo como si estuviera encantado con mi perfume antes de caer de rodillas frente a mí dándome una imagen jodidamente excitante.
El líder de los halcones, de rodillas ante mi.
—Te encanta esto ¿No, mi luna?—besa mi abdomen y jadeo asintiendo mientras desabrocha mis pantalones sin quitar sus ojos de mi rostro—. Dime, ¿Disfrutas verme de rodillas ante ti?
—Lo hago—trago grueso cuando lanza mis jeans a otro lado y besa mi intimidad sobre la ropa interior arrancándome un jadeo—. Te ves muy bien de rodillas, Ali.
Ríe mirándome mientras besa mis muslos y me muerdo el labio ante la sensación que su risa causa en mi cuerpo; escalofríos, corazón acelerado, como si verdaderamente me gustara.
—Me has tenido así, de rodillas, desde el primer momento que te ví en aquella foto—murmura y estoy a punto de preguntarle a qué se refiere cuando rasga mi ropa interior dejándome completamente desnuda—. Joder, Kai—suspira y sonrío