Cap 12

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—Ali, ¿Seguirás sin hablarme?—cuestiono subiendo las escaleras detrás de él

Han pasado ya un par de horas y se ha mantenido completamente alejado de mí hasta ahora que regresó de caminar con los perros.

No me arrepiento de lo que dije, es totalmente cuestionable el hecho de que esté apoyando al asesino de su familia. Si los amaba tanto no debería estar junto a Antoni.

Abre la puerta de su habitación entrando en ella y lo sigo en espera de una respuesta que sigue sin llegar mientras se desabrocha la camisa de vestir.

—Ali...—insisto y sigue ignorándome—. Joder ¡Deja de ignorarme!—exijo y me mira molesto ante el tono con el que le hablo—¡Eres un jodido adulto, usa tus palabras!

La rabia ya se acumuló en mi cuerpo lo suficiente como para querer golpearlo, pero entiendo que lo que le dije debió ser difícil para él, así que me contengo.

—Dime la verdad, Kailani ¿Por qué estás aquí?—cuestiona mirándome de forma acusadora y frunzo el ceño haciéndome la desentendida—. Quieres venganza pero no quieres asesinar, estás aquí y sigues siendo leal a tu hermano ¿Qué mierda planeas?

—¿Qué planeo?—bufo— perdóname por no querer asesinar a mi hermano ¡mi sangre!

—¡Sangre que te despreció cuando supo que tú me habías besado!—me grita y respiro de manera agitada

—Pero sigue siendo sangre—siseo—. Soy leal a mi hermano y lo seguiré siendo estando aquí o en la muerte, ¿Entiendes? Porque si Antoni le llega a tocar un pelo yo misma voy a quemarlo en carne viva.

—¿Leal a tu hermano?—bufa con molestia acercándose a mí hasta que tengo que levantar la cabeza para mirarlo a los ojos—¿Hablas de lealtad cuando te acostaste con uno de sus enemigos?

Me muerdo el interior de la mejilla e intento desviar la mirada pero toma mi mentón obligándome a mirarlo a los ojos.

Esos ojos que arden en rabia y en... dolor. Dolor por mis palabras, por su familia asesinada.

—¿Tú me reprochas la lealtad?—bufo—. Tú no sabes lo que es lealtad.

—Soy leal a ti—murmura con la respiración agitada rodeando mi cintura con su brazo hasta pegarme a su pecho—. Soy leal a ti y lo he sido desde el momento en que te llevé a esa mansión, Kailani.

—¿Leal a mi?—niego—. Tú solo le eres leal a Antoni.

—Mi luna—se inclina y nuestros labios quedan separados por tan solo centímetros mientras nuestras respiraciones se mezclan—, no tienes idea de hasta dónde llegan mis sentimientos y mi lealtad por ti.

—¿De qué hablas?—cuestiono sintiendo mi piel erizarse cuando sus dedos acarician mi espalda

—La primera vez que te ví no fue en aquel lugar en Londres—confiesa y frunzo el ceño sin entender—. Te ví por primera vez en Rusia, te ví saliendo de un club nocturno con un maldito vestido rojo que no dejaba mucho a la imaginación—suspira mientras sus dedos acarician desde mi clavícula hasta el valle de mis pechos

»Desde ese momento mis ojos cayeron sobre ti, Kailani—sigue y aprieto su brazo intentando calmar los acelerados latidos de mi corazón—, y nunca se han levantado. He seguido cada paso tuyo, me enteré de tu identidad y seguí cada misión con la esperanza de tener la oportunidad adecuada para poder tenerte entre mis brazos.

—¿Me has estado acosando?—cuestiono. Y por alguna razón, no me da miedo, me causa... impresión y fascinación

Pero me da miedo el hecho de no tener miedo.

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