Cap 30

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—Mi luna, tienes que respirar—repite Ali acariciando mi espalda mientras sollozo sobre su pecho—. Todo va a estar bien, tranquila

—¿Por qué no puedo ser ser feliz?—cuestiono con la voz rota—¿Por qué todos se creen con el derecho de prohibirme ser feliz?

Ali toma mi rostro entre sus manos y limpia mis lágrimas con sus pulgares antes de dejar un beso en mi frente y abrazarme con fuerza

Calma, tranquilidad, hogar..., eso es lo que me transmiten sus brazos, eso es lo que me hace sentir cada que está cerca de mi.

—Nadie tiene el derecho de decirte que no puedes ser feliz, hermosa mía—murmura mientras acaricia mi espalda—. Tú y yo vamos a ser felices, eso te lo prometo ¿Lo entiendes?

Asiento.

Christopher reaccionó peor de lo que esperaba, no contesta mis llamadas, Reece dice que se encerró en una oficina junto a Alex y no han salido en horas. «No me da buena espina»

Estoy tan cansada, solo quiero irme a un lugar dónde nadie nos conozca y ser feliz. «Pero eso no va a pasar, es imposible»

—Si tengo que escoger entre mi familia y mi felicidad, entonces escojo mi felicidad—sorbo mi nariz—. Pero creo que al menos me deben una última conversación

Acaricia mi cabello y respiro profundo sintiendo como mi respiración se ralentiza

—Puedes hablar con ellos cuando quieras, luego te prometo que nos tomaremos unas vacaciones en algún lugar lejos de todo—besa mi mejilla y no puedo evitar sonreír

Mi estómago se revuelve de pronto y frunzo el ceño cuando la bilis se me sube a la garganta. Rápidamente me levanto del regazo de Ali y corro al baño cayendo de rodillas frente al inodoro antes de vaciar mi estómago en él.

Mi cuerpo empieza a sentirse débil de pronto y gimo con pesar recostándome en la pared fría del baño unos segundos antes de que otra ola de vomito me obligue a acercarme al inodoro.

Dos y tres veces más pasan antes de que Ali llegue con un vaso de agua haciéndome gemir fastidiada mientras las ganas de llorar se me acumulan por el malestar en mi estómago y el ardor de mi garganta.

—¿Te sientes bien?—pregunta sentándose a mi lado, y toca mi frente frunciendo el ceño con desaprobación—. Estás caliente, ¿Qué comiste?

—Lo mismo que tú—mi voz sale ronca por el dolor en la garganta y él suspira antes de levantarse

Lo escucho abrir la puerta de la habitación y llamar a Kim, que casi de inmediato entra al baño mirándome con preocupación.

Intenta acercarse a mi, pero de repente un olor nauseabundo llena mi nariz haciéndome empujarla a un lado antes de vomitar de nuevo.

»Por dios, hueles horrible—me quejo tirando de la cadena del baño y ella me mira como si estuviera loca

—Acabo de salir de bañarme, Kai, ¿De qué hablas?—frunce el ceño y me fijo en su cabello húmedo

—No lo sé, no te acerques—pido llevando mi mano a mi estómago y ella mira el movimiento antes de abrir los ojos abruptamente—. ¿Qué?

—Voy a la farmacia, vuelvo en un rato—sale rápidamente y yo frunzo el ceño sin comprender antes de volver a inclinarme sobre el inodoro a vomitar

—Dios, me duele la garganta—lloriqueo y Ali se sienta detrás de mi antes de rodearme con sus brazos haciéndome gemir por el calor de su cuerpo

—Tranquila, pronto pasará—besa mi cabeza y me quejo haciéndolo suspirar—. Respira profundo, quizás eso ayude

Asiento empezando a inhalar y exhalar sintiendo que las nauseas se aplacan un poco, pero no se van del todo.

***

—¡Llegué!—el grito de Kim me hace salir del baño luego de cepillarme los dientes para verla entrar con una bolsa de plástico—. Ten, ahí hay algo para las náuseas y las tres pruebas que compré

Frunzo el ceño

—¿Pruebas de qué...?—abro la bolsa viendo las pruebas de embarazo y me congelo—. Oh.

Mi corazón se acelera en mi pecho y por mi cabeza pasan cada una de las veces en las que Ali y yo hemos follado.

—Si, oh—Kim rueda los ojos—. Te recuerdo que ningún método anticonceptivo es cien por ciento confiable y estoy casi segura de que ustedes no usan condón ¿Verdad?—cuestiona con reproche y le doy una sonrisa inocente que la hace bufar

»Ve al baño, haz las pruebas y avísame cuando tengas los resultados—señala la puerta del baño y respiro profundo antes de asentir y entrar cerrando con seguro

«¿Yo embarazada? Por favor, eso es imposible...¿No?»

Mis manos tiemblan con nerviosismo cuando saco las tres cajas de pruebas y leo las instrucciones antes de abrirlas. «Aquí vamos...»

***

—¿Cuánto falta?—pregunta Kim y respiro profundo viendo el temporizador

—Un minuto.

Estamos fuera del baño de la habitación principal; Ali y Mehmed están abajo planeando nuestra emboscada a Antoni, los hicimos ocuparse de algo mientras nosotras nos encargábamos de esto.

Juego con la cadena que cuelga de mi cuello mientras miro el celular notando cada segundo pasar tan lentamente que solo me pone aún más nerviosa de lo que ya estoy

—¿Qué harás si estás embarazada?—pregunta y respiro profundo de nuevo

—Tenerlo—respondo sin pensarlo—. No me importa nada, quiero tenerlo y voy a tenerlo.

—Te apoyo en lo que quieras—toma mi mano dándome un ligero apretón y ambas nos sobresaltamos cuando suena el temporizador. Ella me mira—. ¿Lista para ver?

Niego riendo

—No—me abanico con las manos y ella abre la puerta mirándome—. ¿Debo ver yo primero?

—La posible embarazada eres tú—me recuerda y asiento entrando al baño

Miro las tres pruebas sobre la encimera del lavamanos y mis manos tiemblan cuando las tomo leyendo cada resultado.

Bajo las pruebas cerrando los ojos mientras respiro profundo y escucho la puerta de la habitación abrirse y cerrarse.

—¿Y bien?—pregunta Kim y me doy la vuelta para verla antes de mirar a Ali que nos mira con el ceño fruncido

—¿Qué hacen?—pregunta y tomo una de las pruebas antes de caminar hacia él y entregársela mientras yo tomo asiento en la cama

—¡Kailani!—grita Kim—¡Dime!

Miro a Ali, noto como su manzana de adán sube y baja mientras parpadea un par de veces mirando la prueba de embarazo.

De pronto una enorme sonrisa se extiende por su rostro y ríe antes de apresurarse hacia mi y tomarme entre sus brazos haciéndome reír.

—¿Estás segura?—pregunta y asiento sonriendo ampliamente—¿Vamos a tener un bebé?

—Vamos a tener un bebé—confirmo y escucho a Kim chillar antes de que Ali una nuestros labios en un beso dulce y profundo que me hace suspirar mientras mi corazón se acelera

—Por dios, te amo, te amo—deja cortos besos en mis labios y río—. Gracias por darme esta dicha, mi luna.

—¿Entonces estás feliz?—lo miro a los ojos notando que brillan como estrellas y él asiente apoyando su frente en la mía—. Vamos a ser papás, mi amor—tomo su rostro entre mis manos y dejo un casto beso en sus labios—. Te amo inmensamente

Este bebé es como una luz en medio de la oscuridad, es como si desapareciera cada uno de los malos sentimientos de hace unas horas y los reemplazara por felicidad.

Antes estaba dispuesta a quemar el mundo por Ali, ahora no es solo por él, sino también por nuestro bebé, nuestro hijo.

ForbiddenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora