—Que estoy bien—repito por décima vez y Kim suspira acomodando mis almohadas—. Kim, he recibido heridas peores
Estoy en la casa de seguridad donde Ali y sus hombres se quedan. Kim está aquí y desde que Ali se fue esta mañana no ha hecho más que estar sobre mi pidiendo que no me levante de la cama.
Apenas unas horas han pasado desde que sacaron la bala y pusieron los puntos, no es nada fuera de este mundo ni tocó órganos importantes, pero aún así mi mejor amiga insiste en que no me levante de la cama.
—Has recibido heridas peores, si, pero en todas ellas has estado en el hospital hasta estar completamente recuperada—me recuerda y ruedo los ojos—. Kailani, ¿Crees que tu padre le dijo a Christopher?
Me tenso.
Infinitas llamadas de mi familia han entrado a mi celular desde que Ali me sacó de la mansión Morgan, no tengo idea alguna de si Alex les contó la situación, pero no me importa, no voy a volver.
Al único que le respondí fue a Reece con un simple "Estoy bien, te llamo cuando pueda" porque sé que iba a preocuparse demasiado si no tenía noticias de mi.
Christopher aún no es ministro, al parecer él y Kazuki irán por una segunda ronda de votaciones debido a que quedaron empatados, por lo que ahora es más importante que nunca el acabar con Antoni.
Y con la pirámide...
Hasta ahora no sé que haré con la pirámide, Ali no quiere que la destruya, pero ese es uno de los objetivos principales de la misión y... ¡Joder! Simplemente no sé que hacer y quiero echarme a llorar
—Si Christopher lo sabe, debo hablar con él—digo—, porque va a intentar matarlo, eso es lo que más me preocupa.
A mi hermano le da igual si lo amo o no, va a matar a Ali, lo hará sin importarle mi felicidad y eso me tiene aterrada.
Conozco a mi familia, la amo, pero la realidad es que a los únicos que les importa mi felicidad sin importar nada son Reece y Regina.
—En algún punto tendrías que elegir entre tu familia y Ali—suspira—. Creo que ya estás empezando a decidir.
—Quiero ser feliz—murmuro—. ¿Soy una mala persona por querer ser feliz?
—Hace un par de semanas me di cuenta que la única diferencia entre ellos y nosotros es del lado de la ley en el que se encuentran—toma mi mano y la aprieta—. No soy la adecuada para juzgarte, nadie de nuestra rama lo es, así que solo me queda por decirte que busques tu felicidad sin importar nada.
—Eso hago—le doy una pequeña sonrisa y la puerta se abre dejando pasar a Ali con Mehmed—. Hola, ¿Debo llamarte líder?—me dirijo a Mehmed que aprieta los labios
—No, solo a Ali le gusta ese título—suspira—. No soy el líder, todos saben que yo solo estoy infiltrado para Antoni.
—Bienvenido al club—bufa Kim y me tenso mientras ambos hombres fruncen el ceño—. Maldición.
—¿Kailani?—Ali me mira
—Ven, siéntate—pido y Kim se levanta llevándose a Mehmed
Ali toma asiento a mi lado y tomo su mano entre las mías.
»Escucha, han pasado demasiadas cosas que no creí que pasarían—lo miro a los ojos—, enamorarme de ti es una de ellas. Mi misión era infiltrarme y destruir la pirámide, eso lo sabes, pero no sabes la parte en la que Christopher y yo fingimos la discusión, aunque estaba enojado cuando le dije de nuestro beso, la discusión no fue real.
—Lo supuse después de Seúl—acaricia mi cabello—. Pero entonces creo que debo decirte que al principio solo buscaba enamorarte para poder joder a tu hermano.
Me tenso.
—Yo...
—No, déjame terminar—se acuesta a mi lado y besa mi mejilla—. No mentí cuando dije que te conocía desde que te ví con el vestido rojo; intenté hacerlo a pesar de sentir algo por ti pero fue imposible
—¿Por qué?
—Porque me enamoré de ti, me abriste los ojos, te convertiste en la persona más importante de mi vida—deja un beso en mi sien—. Te amo, mi luna.
Apoyo mi cabeza en su pecho, recordando las palabras que dije en la camioneta antes de desmayarme.
Lo sentí, verdaderamente lo amo, lo amo a tal punto de no importarme el resto del mundo cuando se trata de nosotros.
—Te amo—lo miro a la cara y sonríe antes de inclinarse a dejar un casto beso en mis labios
Amo estar aquí, entre sus brazos, lo amo a él y amo estos momentos donde podemos estar en tranquilidad.
»Mmm, ¿Podemos simplemente quedarnos aquí y olvidarnos del mundo?—le pregunto y ríe acariciando mi cabello
—No, pero lo podemos hacer hasta que te recuperes—me acerca a su pecho—. Duerme un poco, necesitas descansar.
—Si, tengo sueño—bostezo antes de cerrar los ojos—. Te amo.
—Te amo—besa mi frente haciéndome sonreír
Se siente bien. Pero sé que una tormenta se avecina, así que disfruto de estos momentos lo más que puedo.