Cap 31

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—Cuatro semanas—le repito a Reece que sonríe del otro lado de la pantalla—. Así que..., espero que estés feliz, yo lo estoy

Seguimos en Argelia, ha pasado un día y no pude evitar llamar a mi tío para compartirle la noticia a la única persona que va a compartir mi enorme felicidad.

—Estoy más que feliz, muñequita—dice con dulzura—. Estoy ansioso por conocer a ese bebé y estoy muy feliz por ustedes.

Sonrío acariciando mi vientre mientras respiro profundo

Reece me apoya a pesar de todo lo malo que se pueda pensar, es la única persona a la que no le importa más que mi felicidad

—Nunca me pasó por la cabeza ser mamá—confieso—, pero ahora que estoy embarazada lo anhelo tanto que es..., es indescriptible lo mucho que siento por este bebé, no tienes idea de lo mucho que espero tenerlo en mis brazos

Este bebé ha llegado para ser más que una enorme fuerza en mi vida, una razón para mantenerme firme a pesar de cualquier adversidad. Para ser la luz de nuestras vidas.

—¿Planeas decirle a la familia?—pregunta y aprieto los labios—. Oh, cariño, entiendo que te duela, pero al menos deberían saberlo

No quiero que me amarguen mi momento, quiero disfrutar de mi embarazo con felicidad sin tener que aguantar los comentarios de disgusto de mi familia. Quiero que al menos me dejen disfrutar de esto.

—Lo sabrán cuando sea necesario—me encojo de hombros y asiente respetando mu decisión—. Mañana Ali y los Halcones viajarán a Sicilia, yo me quedaré en casa por mi estado.

Por supuesto que anhelaba participar en la misión, pero Ali y yo lo hablamos y decidimos que lo mejor era evitar riesgos, así que voy a encargarme de la parte de informática desde nuestra fortaleza en Argelia, dentro del territorio de los Halcones.

—Quizás deberías aprovechar para hablar con tu hermano—propone y respiro profundo

—No hay nada que hablar, que crea lo que quiera creer, tío—niego—. Estoy tan harta de escuchar el discurso de "le hizo esto a Rachel" ¡Por dios! Todos piensan en ella y nadie en mí, además es un poco hipócrita que sea Christopher quien me juzgue por estar con Ali.

La puerta se abre de golpe y frunzo el ceño al ver a Ali entrar apresurado al vestidor como si hubiera visto un fantasma.

»Te hablo después, Reece, te amo—le lanzo un beso antes de colgar la videollamada y me levanto caminando al vestidor dónde encuentro a Ali abriendo la caja fuerte y sacando sus armas—. ¿Ali, qué pasa?

—Antoni está en Argelia—me contesta sin mirarme y frunzo el ceño—. Está en el laboratorio, aprovecharemos la oportunidad y haremos el trabajo

Me tenso

—No me parece una buena idea—me acerco y tomo su brazo logrando que me mire—. Mi amor, es mejor aferrarse al plan, el laboratorio es un lugar muy peligroso...

—Conozco ese laboratorio como a la palma de mi mano—me asegura y niego—. Mi luna, te prometo que va a salir bien, piensa en nuestro bebé, su seguridad depende de si Antoni está vivo o no.

—Ali, ya habrá otra oportunidad...—intento convencerlo y niega

—Escúchame—toma mi rostro entre sus manos y respiro profundo—, piensas desde el miedo, pero todo va a salir bien, mis hombres son más que los suyos.

—¿Seguro?—dudo y asiente dándome una cálida sonrisa antes de dejar un casto beso en mis labios—. Pero prométeme que tendrán cuidado, yo no puedo entrar al sistema del laboratorio pero voy a pedirle el favor a Patrick

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