Unos besos en mi cuello me hacen removerme en la cama y pronto siento unas manos trazar caricias en mi vientre
—Buenos días—Ali deja un beso en mi mejilla y gimo pegando más mi espalda a su pecho—. ¿Cómo está tu herida?
—Supongo que bien, no me duele—pongo mi mano sobre la suya subiéndola hasta uno de mis pechos y Ali gruñe magreando mi pecho mientras besa mi hombro
—No vamos a follar mientras sigas herida—determina y suelto un quejido restregando mi trasero contra su erección haciéndolo gemir—. Mi luna...
—Por favor—pido sintiendo mis pechos doler—. Hagámoslo suave.
—Dios, no uses ese tono—pide sonando torturado—. Mi luna, estás herida
—Bien—cedo llevando mi mano dentro de mi ropa interior y empiezo a estimular mi clítoris gimiendo bajito mientras la pequeña chispa de placer empieza a crecer
Cierro los ojos sintiendo a Ali removerse en la cama mientras sigo dándome placer con mis dedos soltando suaves gemidos
Aumento la velocidad de mis dedos en busca de más intensidad antes de que una mano tome mi muñeca impidiéndome seguir masturbándome
—Eso es jugar sucio—la voz roca de Ali resuena en mi oído enviando un escalofrío por mi cuerpo mientras me mantengo con los ojos cerrados dejando que sus manos vayan a mis caderas
»¿Tienes una idea de lo duro que me pone verte tocándote, hermosa mía?—besa mi cuello haciéndome gemir mientras baja mis bragas—. Me torturas.
—Bienvenido a mi mundo—suspiro y ríe
—¿Te torturo, Mi Luna?—pregunta divertido y asiento
—Lo haces, no estar cerca de ti parece serlo—admito—. Me has vuelto completamente loca, Ali, y creo que esto no terminará como lo esperamos
—No, será mejor—me asegura antes de palmear mi pierna—. Sube tu pierna, mantenla arriba.
Obedezco apoyando mi pie en el colchón y él ubica su polla en mi entrada hundiéndose lentamente mientras gemidos torturados se me escapan de los labios
—Joder—gime en mi oído haciéndome jadear
Su otro brazo pasa por debajo de mi cuerpo y apoya su cabeza en mi hombro mientras sus manos rasgan la blusa lanzándola a algún lado de la habitación antes de que sus manos acunen mis pechos arrancándome un gemido
Mi corazón late acelerado por la cercanía de su cuerpo y no puedo evitar llevar mi mano a su mejilla mientras embiste con un poco más de rapidez arrancándome gemidos extasiados
Ali besa mi hombro y jadeo sintiendo mi rostro calentarse mientras el placer recorre mi cuerpo llevándome al cielo
—Te amo—murmura en mi oído y mi corazón salta—. Te amo, mi luna.
—Ali...—gimo sintiendo el placer acumularse en mi vientre—, por favor.
Embiste más rápido mientras sus dedos pellizcan mis pezones y sus labios besan mi piel haciéndome estremecer
Las palabras que verdaderamente quiero sacar se me atoran en la garganta, pero me obligo a ignorarlas mientras disfruto del momento sintiendo como su calor causa más en mí que un deseo sexual.
Una corriente de placer me recorre y cierro los ojos cuando mi orgasmo explota haciéndome estremecer mientras Ali sigue embistiendo, alargando mi placer y arrancándome gemidos ahogados hasta derramarse dentro de mi
—Tengo que ir a entrenar—le informo mientras sale de mi—. ¿Te veo para almorzar?
—Si—besa mi mejilla—. Ven, quiero ver tu herida