23. Complejo

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CAPITULO 23

Era él último día de clases antes de que comenzaran las vaciones de navidad, por lo tanto visité a mi hermano por última vez, le había traído mucha comida, pero en realidad estaba preocupada, hacía mucho frío, iba estar semanas sin que le trajera comida, aunque él intentaba tranquilizarme.

-Soy mago, Sad, conseguiré unas liebre o algo de comer, no te preocupes.

-Pero sí...

-Estaré bien, además voy a tener mucho tiempo para descifrar algo.- agregó Max.

-¿Encontraste algo importante?

-En realidad fuiste tú, el pergamino que le robaste a Dumbledore tenías razón no solo es un pergamino escondé algo, solo tengo que encontrar las palabras.

-¿Cómo sabes que dice algo si aún no has descubierto como decifrarlo?

-En realidad Sirius fue él que me dió la idea me enseñó un objeto mágico que... no importa... le dije que no te lo contaría... la cosa es que solo pude descifrarse diciendo las palabras correctas.

A pesar de ya no hablar sabía que Sirius cumplió su palabra e iba de vez en cuando a visitar a Max, aunque al principio parecían llevarse mal, ahora parecía que eran buenos amigos, tan buenos amigos que ahora resultaba que Max le guardaba secretos a Black, no podía creerlo.

-No puede ser, también se descifraría con un encantamiento Revelio y fue lo primero que intentamos.

-¿Recuerdas quién fue él que encantó? Dumbledore no lo dejaría tan fácil, no, solo se revelara con la palabras correctas.- notaba en los ojos de mi hermano una chispa,era obvio que el acertijo le gustaba.

-¿Y como sabrás cuales son las palabras correctas? Hay millones de palabras.

-Bueno, hablo mucho, estoy seguro que las daré.

Después de despedirme volví al castillo pensando en ese pergamino y decidida a que volviendo de vacaciones entraría de nuevo al despacho de Dumbledore e intentaría descubrir las palabras, y si no encontrar otra cosa de importancia.

...

Llegué a la casa de mis padres, la "El Castillo Blanchard" o por lo menos lo que quedaba habitable, que era mucho menos que la mitad, la mayoría de la propiedad estaba abandonada, ya que era tan grande y antigua que se necesitaba mucho mantenimiento y no teníamos dinero para eso, así que solo se le daba mantenimiento a una pequeña parte del castillo que era donde vivíamos.

Aquel castillo era un evidente reflejo de la decadencia de la familia, sino fuera por la magia ya solo quedarían las ruinas.

Siempre había pensando que si mi abuelo después de caer en la quiebra hubiera vendido el castillo, tal vez ahora viviríamos más comodamente, pero no lo quiso hacer, y ahora vivíamos en una propiedad que se estaba pudriendo poco a poco, ahora si la intentaba vender mi padre estaba segura que no valdría ni la mitad de lo que alguna vez costó aquel castillo, pero eso no importaba porque mi padre también consideraba que el castillo era importante para la familia. Ya que mi abuelo había perdido todo, el dinero, las joyas familiares y otras propiedades excepto el castillo.

-Libby, ¿puedes decirle a mis padres que he llegado?- le pregunté a nuestra única elfa doméstica que ya era una anciana era la única estaba en vestíbulo para recibirme.

-Claro mi señora, bienvenida a casa.

Miré a mi alrededor incluso la parte habitable de mi casa no lo parecía, podía verse un poco de humedad en los techos, además de que era muy oscura y deprimente, unos minutos después bajó mi padre.

Malas Decisiones  (Sirius Black) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora