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Definitivamente no esperaba estar parada frente a todo el equipo de hockey con el entrenador Duncan a nuestro lado, sonriendo con una extraña satisfacción, mientras los ojos de los chicos deportistas nos comen, incluso la de Jack Tucker.

De solo recordar como balbuceé cuando traté de saludarlo, con todos los demás presentes, mis mejillas se volvían a sonrojar, Roxy ahora me molestaría por el resto de mi vida y de seguro todo el mundo se enteró (hasta él) sobre lo que provoca Jack en mí. Tal vez por eso me mira con tanta consternación, o distante, mientras que sus compañeros nos observan como bichos raros, personas que no encajan en el ambiente.

—Les presento al trío de nerds —dijo el entrenador. Ezra refunfuñó, pero no hizo más —ellos los estudiarán con el fin de crear un programa que pueda predecir sus jugadas, ¿lo voy diciendo bien, niña?

Eso iba para mí.

«Niña».

—En realidad es un algoritmo capaz de crearles jugadas, basado en su morfología y biomecánica para sacar una ventaja mecánica y ganar frente a otros equipos con la toma de decisiones que su entrenador definirá —rasqué mi nuca, inquieta —, a grandes rasgos.

—Eso —algunos jugadores se rieron —, los verán entrenar, jugar y enfrentarnos a nosotros mismos, en el momento en que alguno de ellos les estorbe me avisan y este proyecto se verá finalizado.

Otros chicos, altos y fornidos, se vieron entre ellos. Jack seguía con la vista fija en mí. Me removí más cerca de Roxy, queriendo ocultarme con ella.

—Ahora, preséntense —Duncan nos dio el pase.

Yo me quedé muda.

Roxy tomó las riendas esta vez.

—Me llamo Roxanne Blackwood, soy de tercer año y estudio en el departamento de física.

Algunos silbaron y gritaron «bienvenida preciosa».

Me quise hundir más en el suelo.

—Yo soy Ezra Forks, también de tercer año, estudiante de ingeniería informática.

Ahora no hubo ningún aplauso.

Las miradas de los dos cayeron sobre mí y le pedí a Roxy que me salvara de esta, mi lengua se había anudado, no había forma de que hablara sin dejarme en vergüenza, ya lo hice con Jack y Beau, no podía hacerlo con todo el equipo.

—Niña —llamó el entrenador.

Eso no ayuda.

Roxy me golpeó en el hombro con tanta fuerza que di un paso hacia adelante para estabilizarme. Un par de risas burlonas salieron del tumulto de chicos. Evité ver a Jack o al entrenador.

—Yo... soy Dannielle Solis, bueno, en realidad, es Daniela, pero es muy difícil de pronunciar, así que quedó como Dannielle, aunque nadie me llama Dannielle sino Danny, así que... —levanté la vista. Error, no debí hacer eso, mi boca se quedó seca al tener la mirada de todos sobre mí, por alguna razón volví a la secundaria y tenía a todos los estudiantes mirándome a mí y al maestro suspirando derrotado, enviándome a sentar para acabar con el sufrimiento de todos —Llámenme Danny.

It's Love at Quantum LevelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora