Epílogo

200 17 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



1 ᴀñᴏ ᴅᴇsᴘᴜés

—Me tengo que levantar —dije.

Jack gruñó adormilado y me apretujó más contra su cuerpo, su torso desnudo haciendo contacto con mi espalda todavía me sacaba escalofríos, aunque no haya sido la primera vez que dormíamos juntos, ni que me quedara en su cuarto ni mucho menos que ambos estuviéramos desnudos bajo las sábanas. Y me hubiera quedado, de verdad que deseaba acurrucarme con él y tal vez repetir lo que habíamos hecho anoche.

Sin embargo...

—Me tengo que levantar, Jack —repetí.

—Es muy temprano —dijo ronco.

—Son las nueve y treinta.

—¿De la mañana?

—Obvio.

—Entonces es temprano —balbuceó y me reí de inmediato —Quedémonos así, ¿quieres? Son pocas las veces que puedo tenerte así —hizo un mohín y metió su nariz entremedio de mi cabello, oliéndolo.

—¿Desnuda?

—Es un buen plus, el mejor de hecho —dio un beso en mi hombro desnudo —pero me refería a "para mí", los dos, sin que molesten mis amigos, o Duncan, o los tuyos, hasta Daphne hace esas cosas raras con las cejas cada vez que nos encontramos en la pista.

—Es nuevo para ella que tenga novio y que me acueste con él —la defendí.

—Soy tu novio hace más de un año, esas cosas pasan, no es como si ella fuera una santa, Luvy Tres sufrió por ello.

Es impresionante que recuerde esa historia.

—¿Te acuerdas de Luvy Tres?

—Mhm —afirmó, dando una monosílaba.

—¿Qué más recuerdas?

—Todo, en especial esa conversación del tatuaje, que, por cierto, ya lo encontré, coqueta —sus dedos me recorrieron las la cintura, llegó a mis costillas, hasta quedar justo debajo de mis pechos, donde estaba el tatuaje de ballena y picoteó ahí. Se me escapó un jadeo —. Muy lindo, por cierto.

—Gracias —dije, ruborizada.

—Y también la conversación sobre el bikini amarillo, dime que no lo desechaste, por favor.

—Por supuesto que sí.

Se quejó.

—Tendremos que comprar otro, entonces.

Sus caderas se juntaron con mi trasero y me mordí los labios para evitar que se me escapara un gemido.

—Jack, de verdad me tengo que ir.

It's Love at Quantum LevelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora