Capitulo 8

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-Ya te sientes mejor?- pregunto el de mechón blanco sobando la espalda del azabache.

-S-si, lo siento por eso.- Respondió soltando leves hipidos.

-Esta bien, ya te sientes mejor?- se alejo levemente del abrazo fijando sus ojos en los del azabache.

-Si, muchas gracias Will.- Sonrió levemente. -Mierda tu ropa...- dijo notando que estaba completamente empapado por la lluvia y pos sus lágrimas.

-Tranquilo se puede lavar, solo esta mojada, no es algo del otro mundo.- hablo restándole importancia.

-Pero te vas a enfermar! No quiero que enfermes por mi culpa.- Se levantó rápidamente de dónde se encontraba sentado.

-Que hay de ti? También estás empapado por la lluvia, al igual que yo corres el riesgo de enfermarte.- se levantó con suma tranquilidad.

-Si, bueno, pero pues.- no tenía argumentos contra esas afirmación.

-Vamos, te acompañaré a tu casa y luego voy a la mía, te parece?- ofreció este siendo su mano a la del azabache.

Alex se mantuvo en silencio, no recordaba cómo volver.

-Sucede algo?- Pregunto nuevamente el de mechón blanco.

-No recuerdo el camino a casa.- admitió avergonzado.

-Dame la dirección, conozco bien la ciudad.- se encogió de hombros.

El azabache dudo en un principio, pues no quería terminar haciendo que el de mechón blanco se perdiera al igual que él, pero viendo que la lluvia empezó a intensificarse no tuvo más remedio que dársela.

Wilbur lo tomo de la mano y empezó a correr, pasaban callejones solitarios, calles vacías que eran iluminadas por la luz de los faroles, la lluvia se había intensificado y con ella pequeños trozos de hielo, estaba empezando a granizar y eso los estaba lastimando.

Se detuvieron al llegar frente a una casa un poco alejada de las demás.

-Es aquí!- grito el azabache abriendo rápidamente la puerta con la llave. -Entra Wilbur!- jalo del brazo al de mechón blanco.

Cerró la puerta a sus espaldas y empezó a respirar agitadamente junto a su acompañante.

-No, pensé que vivieras tan lejos.- hablo el de mechón blanco tomando grandes bocanadas de aire.

-estamos empapados...- Fue lo único que atino a decir el azabache.

Wilbur miro hacia afuera por una ventana notando que el granizo se había intensificado junto a la lluvia haciendo imposible tan siquiera ver la calle.

-Ahora cómo se supone que volveré a casa.- Dijo mientras ponía una mano en su frente.

-Lo siento...- dijo el azabache apenado.

-No, no tranquilo, no te estoy culpando, todo está bien si?- se acercó al azabache brindándole una mirada tranquilizadora.

El azabache solo asintió levemente, aún se sentía culpable.

-Creo que es mejor secarnos y cambiarnos, o terminaremos muy resfriados.- Sugirió el azabache.

-Pero no tengo ropa, y dudo mucho que la tuya me quedé.- le dió una mirada confundido.

-Tengo una pijama que es de una talla demasiado grande para mi, eso te podría servir.- respondió rápidamente al azabache.

Antes de que Wilbur pudiera tan siquiera responder ya se encontraba siendo jalado del brazo por el azabache, empujándolo dentro de un cuarto de baño.

Nada es lo que parece (Quackbur)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora