"Stop the car!"
Wanda.
— ¿Saldrás?— preguntó Clint desde el otro lado de la línea.
— Debo hacerlo porque debo hacer la compra del mes y le prometí a Yelena que compraría de sus galletas, además de que tampoco hay de mis cereales dietéticos y no comeré los de Yelena; son muy azucarados... Cómo los de Nat— murmuré agarrando mis llaves.
— De acuerdo, solamente no dejes la casa sola durante mucho tiempo; sabes que sería riesgoso, aún más teniendo a Nat en la otra punto del mundo— regañó intentando no sonar como si me estuviera regañando. Le conozco bastante.
Mucho mejor luego de que se casó con Pietro y formaron una familia juntos. Ambos tienen una pequeña hija, la cual se llama Emma, es una niña increíble, y a pesar de todos los prejuicios que les pusieron por ser dos hombres, lograron sacar a su pequeña familia adelante. Incluso recuerdo cuando el orfanato no quería darles a la bodoque, porque decían que terminarían abusando de ella — pues así tienen estereotipados a la mayoría de los hombres homosexuales—, cuando la realidad es que ellos tienen más instinto materno–paternal que muchas mujeres, pero al ser dos hombres, la sociedad se encarga de joderlos y minimizarlos. Por eso es que siempre he ido a contra corriente, y Nat aprendió a hacerlo conmigo, porque, de una u otra manera, ella siempre se moldeó a mí y a lo que creo, jamás me ha juzgado acerca de nada en lo que pienso y defiendo e incluso, muchas veces piensa lo mismo que yo. Así es como vamos justas, agarradas de la mano, contra la corriente sin importarnos lo que digan los demás.
— ¿Wanda? ¿Estás ahí?— habló luego de un rato de silencio.
— Sí, aquí estoy. No dejaré la casa mucho tiempo, tranquilo. Yelena vendrá en un rato luego de pasar a saludar a Melina y Alexei, y yo vendré en cuanto termine de hacer las compras, no es como que me vaya a ir de fiesta, no sin Nat.— él sonrió, pude sentirlo a través de la línea.
Siempre ha apoyado nuestra relación y la manera en que nos entendemos, él era quien nos escuchaba a ambas cuando teníamos problemas en la relación y él era también quien nos encubría en las clases cuando nos íbamos de la escuela o, una noche antes, íbamos a fiestas juntas y por ello al día siguiente no llegábamos a clases. Por eso es que no me molestó cuando me comentó que quería intentarlo con Pietro, en todo momento me ha demostrado que es un buen hombre con mi muchacho platinado y se hace felices el uno al otro, al mismo tiempo que se complementan, por ello es que se ganó mi cariño desde antes de ser mi cuñado y ahora más ya siéndolo.
Clint fue como una bandita sobre el corazón roto de Pietro, aún más luego de que un imbécil jugara con él, luego de lo que mi madre me ayudó a idear, no volví a ver al pobre chico rondando y jugando con otros por doquier. Mi pobre gemelo constantemente era víctima de burlas y apuestas entre los más famosillos del colegio porque tenía fama de iluso, a pesar de que lo amo muchísimo sé... Que muchas veces era real, pues Pietro solía fiarse de lo que sea que cualquiera le dijera y eso lo llevó a pasar por muchas decepciones a lo largo de toda su trayectoria amorosa.
Creo que me he desviado, ¿en qué estaba?
— Nos vemos, Clint. Cuida de mi hermano y de mi pequeña y consentida sobrina favorita— murmuré buscando mi bolso por casa.
— ¿Y yo?— preguntó decepcionado.
— ¿Tú qué?— cuestioné aún inmersa en mi tarea anterior.
— ¿Y los buenos deseos para mí?
— Ay, qué marica. Cuídate también. Te amo— contesté ya con mi bolso.

ESTÁS LEYENDO
OS Wandanat
RomancePequeñas historias alegres, tristes y sensuales sobre mis mamás Wanda y Natasha. No tienen alguna correlación entre os y os. Gracias por leerme <3