Scarlett.
— ¿Te falta mucho?— preguntó mi prometida del otro lado de la línea.
— No, solo paso a casa de Evans por el libreto y vuelvo a casa para cenar y comenzar a aprenderlo— murmuré observando mi reloj.
Tres de la tarde.
— ¿Segura que no vas a tener que ver a Colin?
— No creo, ese fue mi trato para aceptar estar en el proyecto. No me parece lógico que se arriesguen a perder a una actriz cuando ya está el vestuario hecho a mi medida— contesté entrando a mi auto para ir a casa de Chris.
— Espero que cumplan su parte del trato, porque si no, estás en todo tu derecho de renunciar— murmuró Lizzie con enojo.
— Pues ya firmé, pero el contrato estipula que si no se respeta el trato tal cual el contrato, estoy en derecho de renunciar.
— Sea como sea, qué bueno que te dieron la oportunidad de estar en una película tan importante, con personas increíbles y directores magníficos... Lo único que molesta es el escritor que contrataron, pero no se puede todo en esta vida, mi vida— dijo nuevamente, pero un poco más lindo.
— Pues sí, ya ni modo. Te dejo porque ya voy en camino— dije cuando encendí el auto.
— De acuerdo, nos vemos en un rato. Te amo, mi amor— me mandó un beso por la bocina del teléfono. Sonreí.
— También te amo— susurré y colgué.
Manejé alrededor de veinte minutos más para llegar a casa de Evans, me bajé del auto para identificarme y que me dejaran pasar hasta su casa. Una vez ahí, toqué la puerta y nadie abrió. Fruncí el ceño.
Él mismo me dijo que estaría aquí, no creo que haya salido.
Volví a tocar el timbre y esta vez una señora de edad adulta me abrió la puerta con una sonrisa. Es doña Carmen, la señora que le ayuda a Chris.
— Pase, señorita Scarlett— se puso a un lado de la puerta para permitirme el paso. Le sonreí— La esperan en la oficina del señor Evans.
— Gracias, Carmen— observé su pecho y vi un collar adornando su cuello— Linda cadenita.
— Gracias, señorita. ¿Cree tardarse mucho? Debo salir a comprar.
— Vaya, no se preocupe— ella asintió sonriente.
— Muchas gracias, señorita. No me tardo.
Subí las escaleras hasta la oficina de Chris. Al entrar, lo primero que vi fue que la habitación se encontraba vacía, sin embargo; el libreto se encontraba sobre el escritorio de madera gruesa.
"Menos mal", pensé. No sé qué haría si tuviera que ir a casa de Colin y verle la cara nuevamente.
Tomé el libreto entre mis manos y me di media vuelta para salir de ahí.
— ¿A dónde vas tan rápido, Scarlett?— preguntó aquella voz conocida. Mi piel se erizó por completo y mis alarmas se encendieron.
Apresuré mi paso y él tomó mi muñeca, volteando mi cuerpo para ocasionar que nuestras miradas choquen.
— ¿A dónde vas tan rápido, Scarlett?— repitió, esta vez más firme.
— A donde sea para no verte más. Habíamos quedado en mantenernos alejados, ¿lo olvidas?— pregunté intentando que mi voz no se quebrara.
— No, Scarly. Tú quedaste con el juez, yo no. Yo jamás estuve de acuerdo con ese trato— mantuvo su tono firme.
— Pues qué lástima, pero el trato ya está pactado y firmado por ambos, estés o no de acuerdo.

ESTÁS LEYENDO
OS Wandanat
RomancePequeñas historias alegres, tristes y sensuales sobre mis mamás Wanda y Natasha. No tienen alguna correlación entre os y os. Gracias por leerme <3