Capítulo VIII

18 9 23
                                    

Reconozco que la actividad está muy bien hecha

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Reconozco que la actividad está muy bien hecha. Los actores que interpretan a los fantasmas son brutales y los edificios por los que pasamos dan bastante miedo y más aún de noche. Lo que no me gusta tanto es la parte en la que nos cuentan los avistamientos reales de espíritus, sobre todo porque estamos en la entrada del antiguo cementerio de Suquamish.

— Está muy bien la actividad, ¿a que sí? — Pregunta Katy muy valiente entrando al cementerio.

— Sí, la verdad es que sí aunque tengo que deciros que estoy cagada de miedo — reconoce Anna. Yo también lo estoy.

— No hace falta que digas nada, tus uñas me lo dicen todo — aflojo el agarre cuando oigo a Derek susurrando en mi oído, le estoy agarrando tan fuerte que seguro que le he dejado las uñas marcadas bajo la ropa.

— Lo siento — me disculpo en un susurro.

— No te preocupes, no pasa nada. Este sitio da muy mal rollo. No me sueltes la mano — me dice de manera protectora.

Katy va muy segura de sí misma hasta que oímos a los primeros cuervos y pasamos por una zona apenas iluminada.

— Ya no eres tan valiente, ¿eh? — No puedo evitarlo y empiezo a reírme cuando Katy pone pucheros y se agarra a Alan. — Vigila tu espalda — le digo rematándola.

— Calla — me dice en voz baja y juraría que está temblando un poco. — La próxima vez no me dejéis escoger actividad.

Todos nos reímos mientras ella agarra más fuerte la mano de Alan. Sólo la falta subirse encima suyo y taparse los ojos.

— Menos mal que ya estamos acabando — dice Justin mirándome con sonrisa pícara. Sé lo que quiere y le voy a seguir el juego.

— Sí, menos mal — respira Katy aliviada.

— Tenéis razón. Sólo falta visitar el primer depósito de cadáveres y habremos terminado.

— Mierda — responde Katy demasiado alto. Nos miramos y empezamos a reírnos, esta chica es única.


La actividad termina a las 21.30h, el guía nos da las gracias y espera que hayamos pasado una velada terrorífica. Nos invita a volver y nos aconseja que vigilemos nuestra espalda y no nos miremos en los espejos por la noche.

— Creo que voy a quitar todos los espejos de mi casa — dice Katy muerta de miedo.

— Sabes que no, hermanita. ¿Cómo te vas a maquillar si los quitas?

— Es verdad. Que le den a los espíritus. Si quieren reflejarse en los espejos me parece bien pero que me dejen la mitad a mí para admirar mi belleza.

Sus palabras hacen que empecemos a reírnos de nuevo y el miedo se nos pase de golpe.

— ¿Qué hacemos ahora? — Pregunta Alan. — ¿Cogemos algo de cenar y vamos al hotel?

Love Descubre quién eres (Love #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora