Capítulo XXIII

19 5 20
                                    

He intentado estar centrado durante el juicio pero ha sido muy difícil, no puedo dejar de pensar en Luna

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

He intentado estar centrado durante el juicio pero ha sido muy difícil, no puedo dejar de pensar en Luna. Tom me ha jurado que está bien pero no me quedo tranquilo hasta que la vea. Si el imbécil del enfermero me hubiera dejado pasar...

— Derek — me llama Lucy. — Lo has hecho muy bien. Wilson ha intentado desestabilizarte pero no ha podido.

— ¿Hizo lo mismo con Luna? — Pregunto sabiendo ya la respuesta.

— Sí y parece que cada vez se vuelve más agresivo — dice con pesar. — Pero no va a poder con nosotros.

— Gracias por frenarle, Lucy.

— Es mi trabajo — me dice con una sonrisa. — Venga vamos.

Salimos del juzgado y mi madre y Katy me esperan fuera.

— ¿Sabéis algo de Luna? — Pregunto sin dejarlas hablar.

— No, no sabemos nada más — dice mi madre — no te preocupes, Tom nos ha dicho que está bien, nos avisará cuando podamos ir a verla.

— ¿Qué tal ha ido? — Pregunta Katy.

— Bien o eso dice Lucy. Wilson ha intentado incriminarme pero no le ha salido bien. Creo que ayer hizo lo mismo con Luna y por eso... Maldito bastardo — maldigo en voz alta. Si yo lo he pasado mal con sus acusaciones no me puedo imaginar cómo lo habrá pasado mi chica. Como esto tenga más consecuencias por su culpa juro que le mato.

— No va a poder con vosotros, va a obtener su merecido — dice mi madre muy segura. Eso espero yo también.

De camino a casa llamo a Tom, sé que él nos avisará cuando podamos verla pero voy a volver a insistir, quiero verla aunque sea a través del cristal de la habitación. Con verla y cerciorarme de que está bien me vale.

— Derek — responde Tom.

— Hola, ¿Cómo está Luna?

— Bien, está bien. El médico dice que tiene que seguir ingresada, al menos hoy. Tienen que controlarle la tensión pero está mejor.

— ¿Puedo hablar con ella? — Le pido, al menos quiero oír su voz.

— Me encantaría pasártela pero no estoy con ella, estoy de camino a casa para descansar un poco.

— ¿Se ha quedado sola? — Pregunto alzando la voz.

— No, no está sola. Un enfermero se ha quedado con ella.

— ¿Cuándo podré verla?

— Puedes ir ya. El médico le ha dado permiso para tener visitas pero te pido, por favor, que no vayáis todos a la vez. Está inestable emocionalmente y podría tener otra crisis, otro ataque de ansiedad y sobre todo no le hables del juicio, haz como si no hubiera pasado. Está muy pesada con saber qué tal te ha ido pero el médico nos recomienda que no la alteremos.

Love Descubre quién eres (Love #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora