Capítulo LI

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—     ¿Listos para el mejor fin de semana de vuestras vidas? Los pájaros cantan, el sol brilla, el amor fluye en el ambiente

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— ¿Listos para el mejor fin de semana de vuestras vidas? Los pájaros cantan, el sol brilla, el amor fluye en el ambiente... ¡Todo es perfecto! — Grita Katy recorriendo la casa mientras da saltitos.

Luna se ríe y yo estoy muy feliz por ella, está radiante, creo que cada día que pasa es más feliz y eso sólo puede significar una cosa: Alan no le ha dicho nada todavía. Seguramente quiere esperar a que pasen sus cumpleaños para decírselo pero este secreto me está matando. Katy cree tener decidido ya su futuro y esta noticia puede echarlo todo por tierra. Me da miedo que ahora sea Katy quien entre en esa espiral de depresión y autodestrucción y no la culparía si lo hace, está en todo su derecho, pero por favor necesito una pausa. Cuando lleguemos a la cabaña voy a hablar con Alan y él lo intuye, porque no ha parado de mirarme desde que ha llegado a casa, he estado inusualmente callado y eso le ha llamado mucho la atención. Y si le sumamos que no para de mirarme por el espejo interior del coche... Ya sabe lo que hay.

Luna coge mi mano y la aprieta, la miro y me sonríe. Sabe perfectamente lo que pienso.

— A mí también me da miedo pero no podemos joderle el cumpleaños a Katy — susurra. — Además, sé que está tardando mucho pero piensa que esta situación tampoco es fácil para él.

— Tienes razón, pero me da miedo cómo pueda reaccionar Katy — confieso.

— Ya lo sé, pero ahí estaremos nosotros para apoyarla.

— Eh vosotros, ¿qué cuchicheáis? — Pregunta Katy mirando hacia atrás.

— Sólo le susurro cosas guarras a tu hermano — responde Luna y la miro divertido.

— Puag, prefiero no saberlo — Katy mira de nuevo hacia delante y se tapa los oídos.

— ¿Cómo que puag? — Pregunto riendo. — Será que tú no le dices cosas guarras a Alan.

— Sí, pero es distinto, tú eres mi hermano y no puedo pensar en ti de esa forma.

Todos nos reímos y Katy se sonroja.

— ¿Qué? Es la verdad.

— Ay hermanita, si no quieres saber no preguntes.

— Ya he aprendido la lección — responde riendo.

Katy sube el volumen de la música y empieza a tararear.

— Gracias — susurro a Luna y ella me guiña el ojo en respuesta.

Poco a poco vuelve a ser la chica divertida, natural y espontánea de la que me enamoré y eso me encanta. Sus ojos vuelven a brillar y pasa el camino riendo y cantando con Katy, de verdad que adoro verla así, pero no puedo dejar de darle vueltas al asunto que tenemos entre manos y el viaje se me hace especialmente largo.

Al fin llegamos y hace un tiempo estupendo aquí también. Katy sale corriendo del coche y empieza a saltar, está eufórica. Luna, por el contrario, sale del coche, cierra la puerta y se apoya en ella. Me pongo a su lado y veo que observa la cabaña como si fuera la primera vez que la ve.

Love Descubre quién eres (Love #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora