— Te tengo pequeña, tranquila — digo sujetándola para que no se caiga.
Se ha puesto de tan mal humor que se ha levantado y no sé cómo se ha contenido para no ir hacia Eliana y echarla a patadas de aquí. Ha estado increíble, ha sacado una fuerza descomunal para enfrentarse a esa mujer y aquí está, de una pieza, o al menos eso espero. Me siento con ella en el sofá y la acuno mientras Sam la acaricia la espalda. Ninguno decimos nada, Tom nos mira y se marcha a la cocina. Minutos después regresa.
— Toma preciosa — le dice a Luna con voz suave.
— ¿Qué es? — Pregunta mi chica con un hilo de voz.
— Una tila.
— No estoy nerviosa.
— Hazme caso, te vendrá bien.
Ella puede creer que no está nerviosa pero parece que no es consciente de que no ha parado de temblar desde que se ha cerrado la puerta de casa. Es una reacción normal pero entiendo que Tom le de algo para que se relaje, visto su historial es mejor prevenir. Luna obedece y poco a poco se toma la tila. Parece que realmente le viene bien porque cada vez tiembla menos.
— Creo que es mejor que subamos a la habitación — propongo.
— No. Aquí estoy bien — se sobresalta un poco al responder.
Puede que haya metido la pata al proponer que subamos a la habitación. A lo mejor allí se siente encerrada y lo último que querrá ahora es quedarse sola con sus pensamientos, pero no va a estar sola, yo estaré con ella en todo momento.
— Hermanita, Derek tiene razón. Sube a tu habitación y descansa un poco — me ayuda Sam.
— Pero...
— Preciosa, ve.
Parece que lo que dice Tom va a misa porque Luna se levanta sin rechistar más y se encamina hacia la habitación.
— Derek — me llama Tom.
— Lo sé — respondo sin dejarle terminar. Cuidaré de ella como he hecho desde que la conozco.
Cierro la puerta tras de mí y voy hacia la ventana.
— Voy a correr las cortinas — le anuncio, — hace un día precioso.
Me giro y Luna está tumbada en la cama, inerte. Bueno al menos si mira hacia la ventana podrá ver la calle, las nubes, los pájaros... Quizá eso la distraiga. Me tumbo a su lado y le acaricio los brazos. A simple vista puede parecer que se ha dormido con los ojos abiertos pero no es cierto. Su respiración es un poco agitada y puedo oír su cerebro funcionando a mil por hora. Estoy totalmente convencido de que está repitiendo en su cabeza la conversación con Eliana, una, y otra y otra vez. Lo sé pequeña, yo tampoco entiendo por qué lo hizo. Por más que lo repito yo también no logro comprenderlo. Sólo llego a una conclusión, no la quería. Es muy mala persona por haberla abandonado y por mucho que diga que ha sido lo mejor, que no habría sido una buena madre y que no habría sido feliz no estoy nada de acuerdo. Una hija necesita a su madre. Tom y Sam lo han hecho maravillosamente bien pero hay cosas que sólo una madre puede enseñar.
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Love Descubre quién eres (Love #2)
Roman pour AdolescentsHan pasado cuatro meses desde que Luna y sus hermanos llegaron a Gig Habor. Este pequeño pueblo le ha traído alegrías y penas, ha sufrido mucho pero ha sido recompensada con buenos amigos y un amor puro y verdadero que lo puede todo... O quizá no. U...