Capítulo XIV

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Me despierto con un montón de besos por mi cara y mi cuerpo

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Me despierto con un montón de besos por mi cara y mi cuerpo. Abro un ojo y veo a Derek sonriendo, me encanta verle tan feliz. Le atrapo entre mis piernas y le empiezo a dar besos por toda la cara yo también. Me coge las manos y me da besos por el cuello, tiene ya inicio de barba y me hace cosquillas así que no puedo evitar reírme. Me da un beso en los labios y me mira.

— Buenos días pequeño — le digo con voz seductora.

— Para buenos días los que te voy a dar yo — responde con voz ronca.

¿Me quiere agradecer el regalo que le he hecho? No es necesario pero no se lo voy a impedir. Estoy ansiosa por sentirle dentro de mí. Vuelve a besarme y le aprieto más fuerte contra mí. Siento su erección en mi centro y empiezo a restregarme un poco, noto que sonríe contra mi cuello y eso me pone mucho más. Baja lentamente hasta levantar mi camiseta y atacar mis pechos, coge un pezón con su boca y me arqueo de placer. Es sutil, delicado pero a la vez salvaje. Nunca pensé que podía llegar a sentir tanto placer tan sólo con ese toque. Su mano se cuela bajo mi ropa interior y acaricia mi clítoris. Abro más las piernas para darle acceso y noto como introduce un dedo en mi interior.

— Siempre estás lista para mí — le oigo susurrar orgulloso.

Como para no estarlo, este chico es un dios del sexo. Mete otro dedo en mi interior y yo me derrito poco a poco.

— Póntelo — mi voz suena más como un gemido que como una orden.

— ¿Ya? — responde sorprendido.

— Sí — me río y me incorporo en la cama. — Vaya si son buenos días — le digo riendo.

— Sólo acabo de empezar, nena.

Se lo pone y vuelve a la cama pero le detengo.

— Hay algo que me gustaría probar. Es una postura por la que tengo mucha curiosidad.

— ¿A sí? ¿Cuál es? — Pregunta curioso.

Me levanto, me armo de valor y me pongo de rodillas en la cama. Oigo como suelta una mezcla entre risa y gemido. Empiezo a menear el culo y me da un azote.

— ¿Seguro que quieres hacerlo? — Me pregunta mientras acaricia mi culo. — A cuatro patas se siente diferente.

— Sí, estoy segura.

— Vale — me besa la nalga y se coloca en mi entrada — voy con cuidado — me susurra.

Voy a decirle que no hace falta, que ya hace un tiempo que lo hacemos y que no me dolerá pero no puedo abrir la boca. No siento dolor pero es una sensación completamente distinta. Me noto muy apretada y a él... Bueno, demasiado grande. Siento cómo roza cada parte de mi interior y aunque va muy despacio todas las sensaciones se han multiplicado por mil.

— ¿Estás bien? — Pregunta.

— De maravilla — logro articular.

Creo que en esta postura, cuando me acostumbre, voy a durar bien poco. Se pega a mí del todo así que ya está completamente dentro. Se mueve poco a poco y me voy sintiendo cada vez más a gusto. Me agarra las caderas y continúa moviéndose, cada vez un poco más rápido. Empiezo a moverme yo también y ambos nos mecemos para acabar chocando de una manera salvaje. Sus empellones son cada vez más rápidos, más fuertes y yo siento un calambre en mi parte baja de la tripa que hace que me encoja. Agarro la sábana formando un puño con mis manos y me muevo más deprisa, Derek lo toma como una invitación porque se vuelve salvaje y brutal y yo me quedo inmóvil mientras un orgasmo me parte por la mitad. Estoy a punto de caerme sobre el colchón pero Derek me sujeta y con un gruñido se corre él también. Apoya su frente en mi espalda y me deja un reguero de besos en ella.

Love Descubre quién eres (Love #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora