Han pasado cuatro meses desde que Luna y sus hermanos llegaron a Gig Habor. Este pequeño pueblo le ha traído alegrías y penas, ha sufrido mucho pero ha sido recompensada con buenos amigos y un amor puro y verdadero que lo puede todo... O quizá no. U...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿Una sorpresa? — Pregunto emocionada.
— Sí — responde Derek con una sonrisa enorme en su preciosa cara.
— ¿Qué es?
— No te lo puedo decir.
— ¿Por qué?
— Porque es una sorpresa — responde divertido. — Arréglate, nos vamos enseguida.
— ¡Vale! — Me levanto de un salto de la cama y abro el armario, pero no sé qué ponerme. Salgo al pasillo y le pregunto en voz alta. — ¿Qué me pongo?
— ¡Algo cómodo! — Responde gritando.
Vale, pues... Algo cómodo son unos vaqueros, una camiseta y una sudadera, por ejemplo. Me visto corriendo y me detengo cuando voy a salir de la habitación. La cama deshecha me impide irme, necesito estirarla. La hago deprisa y, ahora sí, recorro el pasillo hasta las escaleras. Oigo a Tom en su despacho y estoy tentada de entrar y decirle algo pero me freno, ya me despido luego de él.
Bajo las escaleras y Derek me espera con una taza de café en la mano.
— Gracias — le digo cuando me ofrece la taza, lo pruebo y sabe genial. Aunque está quemando me lo bebo rápido, me pueden los nervios.
— ¿Lista?
— ¡No! Voy a lavarme los dientes — le doy un beso casto en los labios y subo corriendo las escaleras.
Cuando termino de lavarme los dientes el corazón me late a mil por hora, parece que se me va a salir del pecho. «Relájate Luna, no queremos que te infartes antes de descubrir qué tiene planeado». Respiro hondo y más calmada voy hacia el despacho de Tom. La puerta está abierta y él no está dentro, qué raro. Bajo las escaleras y le encuentro con una maleta al lado de la puerta.
— ¿Te marchas? — Pregunto con miedo.
— No, te vas tú — responde con una sonrisa.
— ¿Yo?
Ambos asienten y me pica la curiosidad. Sabía que me iba con Derek pero ¿necesito una maleta?
— ¿A dónde?
— Vienes conmigo a un sitio secreto — responde Derek con una sonrisa.
No entiendo nada pero estoy súper feliz. Cojo mi abrigo y le doy un abrazo a Tom. Ahora mismo toda yo soy flores y corazones, arcoíris y luces de colores. Me pongo al lado de Derek y le agarro la mano.
— ¿A dónde vamos? — Le susurro.
— A un sitio — responde también susurrando.
— ¿Me lo puedes decir?
— No.
— ¿Por qué? — Susurro con voz inocente.
— Porque es una sorpresa — me susurra Derek en el oído.