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Los Hwang, eran una familia adinerada, su fortuna
estaba invertida en diversos negocios, tenían acciones en las empresas más populares y por si fuera poco eran dueños del centro comercial más concurrido de Corea  “Coal Drops Yard”.

Hwang Hyunjin era el único nieto y heredero de todo
este imperio construido por Hwang Walter. Al terminar su maestría en Administración, su padre lo había puesto en el cargo de Sub— Gerente del centro comercial. Aunque Hwang Jackson  estaba a punto de retirarse por lo que pronto pasaría a ser el gerente absoluto.

Desde la construcción del Coals, diferentes negocios habían ido y venido, otros habían sido remodelados, trataban de incluir variedades para los visitantes, haciendo del Coals un grandioso lugar, Hwang Jackson se aseguraba de ofrecer el mejor servicio en los diferentes departamentos, él mismo se encargaba de aprobar a los dueños a cargo de los distintos negocios antes de rentarles los locales, era un hombre muy sociable y hasta el momento no había tenido problema con ninguno. Hyunjin estaba más en la parte administrativa y de las finanzas, en el tiempo que llevaba trabajando nunca había interactuando con los propietarios de los locales, a pesar de que en algunas ocasiones se paseaba por el lugar, nadie sabía que era el heredero de los Hwang.

Esa tarde el pelinegro se dispuso a explorar el lugar, y la pintoresca cafetería “Dulce delicia” llamó su atención, miró la vitrina de los pasteles que estaban en el menú y se veían deliciosos.

Justo en ese momento un chico castaño, bien parecido se acercaba para colocar un nuevo pastel en la vitrina. El pelinegro fue atraído por el dulce aroma.

—Buenas tardes, —habló Hyunjin, llamando la
atención del chico,— ¿puedo tener una rebanada de
este pastel recién hecho?—a pesar de que el chico lo
había notado parecía estar en shock, el pelinegro lo
miró confundido, pasó la mano frente a sus ojos para sacarlo de su trance pero no tuvo éxito.

—Hey! Jeongin!—lo sacudió un chico de cabello rubio, —te están hablando.

Un sonrojo tiñó las mejillas del muchacho, que apenado y nervioso se dispuso a tomar la orden de Hyunjin.

—En un momento se lo llevó, puede elegir la mesa que quiera, —dijo el chico amablemente y Hyunjin eligió una cerca de la salida.

—Wow, ¿viste eso Min?—hablo el castaño de nombre Jeongin, —¡es él!—exclamó.

—¿Quién?—preguntó Minho confundido.

—Mi príncipe, —dijo Jeongin, y el rubio recordó que un par de semanas atrás, cuando él castaño había ido a comprar sus almuerzos, aseguraba haber encontrado a su príncipe desafortunadamente Jeongin  podía llegar a ser muy tímido, por lo que no hizo el menor intento por hablar con él.

—Ah, ya veo, es guapísimo, — concordó Minho, —ahora date prisa con su pastel antes de que se aburra de esperar y se marche.

—Tienes razón, —dijo Jeongin, cortando una grande rebanada y sirviendo el café que había ordenado. El castaño dejó la orden frente al pelinegro, y tras recibir un agradecimiento volvió al mostrador.

—Es tan guapo, —suspiró de nuevo. Minho sonrió en su dirección, pues Jeongin no solía encontrar atractivo a cualquiera, pero le daba la razón, el pelinegro enfundado en un traje azúl claro, parecía un supermodelo, aunque a leguas se veía que era un serio hombre de negocios.

Jeongin era él dueño de “Dulce delicia”, a pesar de sólo tener diecinueve años, Hwang Jackson había confiado en él para rentarle el local, el hombre había quedado maravillado con los postres que el chico preparaba.

Jeongin y Minho eran los mejores amigos, se habían
mudado desde Busan  su pequeño pueblo, el castaño tratando de independizarse de su sobreprotectora madre, y Minho que amaba cantar había ido tras su sueño, ya que en Seúl había varios cazatalentos.

Durante el día Minho trabajaba con Jeongin en la cafetería y por las noches cantaba en un bar, confiaba en que alguien notaría su talento.

—Oye innie, ¿ Porqué no me habías contado que te
gustaban un poco mayores? —dijo el rubio  tratando de calcular la edad del pelinegro. Por muy atractivo que fuera, el chico se veía un más grande que Jeongin, Minho  consideraba que su deber como mejor amigo era protegerlo, el castaño no había tenido ningún noviazgo anteriormente y el rubio no estaba seguro de que aquél hombre de negocios fuera el indicado para ser el primer novio de su mejor amigo.

El castaño volvió a sonrojarse.

—No se ve tan mayor, —se defendió Jeongin, — además los chicos de nuestra edad solo buscan pasar el rato, no están en busca de nada formal.

Jeongin quedó pensando cuando él castaño hablo
nuevamente.

—Oh, ya se va, —dijo Jeongin algo desesperado, —¿Tú crees que debería ir y…—pensó demasiado tarde en acercarse, pues el pelinegro ya estaba cruzando la puerta de la cafetería.

—Descuida innie, ya son dos veces que lo ves, no dudo que lo encuentres de nuevo, —le conforto el rubio todavía poco convencido —. Aprovechando que hay menos clientes, ¿Porque no grabas tu videoclip con el pastel del día?

A pesar de que su cafetería tenía bastante éxito,
no siempre había sido así, por lo que al castaño se le
había ocurrido darse a conocer en las redes sociales, así más gente consumiría en su local. A diario publicaba fotos de sus postres en Instagram y subía historias invitándolos a visitar su cafetería, como el castaño realmente amaba cocinar había decidido abrir también un canal de Youtube, donde todos los fines de semana subía una nueva receta.

El castaño era realmente adorable por lo que tenía
un considerable número de seguidores que quedaban aún más encantados al degustar sus preparaciones.

—De acuerdo Min, —dijo Jeongin animado, — Mmm, vamos a recomendar el pastel que pidió mi príncipe, el de chocolate y frutos rojos.

Minho asintió, tomó el teléfono de Jeongin y se dispuso a grabarlo.

—Hola a todos, —hablo Jeongin hacía la cámara. —el día de hoy les quiero recomendar esté pastel, — dijo mostrando su rebanada, —es de chocolate y frutos rojos, realmente está delicioso, vengan pronto porque se acaba! —finalizó con una hermosa sonrisa.

Minho levantó el pulgar y subió la historia. — Bien hecho innie, iré a preparar más té, recuerda que después de que publicas algo este lugar se llena.

El castaño sonrió, estaba satisfecho con su trabajo, desde que había pisado Seúl las cosas habían salido bien, al principio él y Minho habían rentado un pequeño piso, pero ahora que habían generado algunas ganancias estaban a punto de cambiarse a un departamento más grande. Las cosas no podían ir mejor, solo esperaba volver a ver a su hermoso príncipe pelinegro.


Nueva adaptación, gracias a starlight_liampor permitirme adaptar su historia <3

“Coal Drops Yard”. es en Londres pero hagan como que es en Corea .

Dulce delicia [hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora